“Fue un programa piloto para demostrar a nuestro socio que podemos ir más delante”, Olivier Brochenin, embajador de Francia en Guinea Ecuatorial

Olivier Brochenin, embajador de Francia en Guinea Ecuatorial

El pasado viernes, 18 de mazo, tuvo lugar en la Sala Magna de la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial «la clausura» del proyecto piloto de formación de 91 profesores (35 en Malabo y 56 en Bata) y 22 funcionarios (14 en Malabo y 8 en Bata) de Guinea Ecuatorial. Una iniciativa de cooperación entre la Embajada de Francia en Guinea Ecuatorial y el Gobierno ecuatoguineano, quienes han estado apoyados por la Agencia Universitaria de la Francofonía (AUF) para reforzar la segunda lengua oficial de este pequeño Estado de África Central. El embajador de Francia en Guinea Ecuatorial, Olivier Brochenin, recibe en su despacho a un equipo de este medio para despejar todas las dudas de esta iniciativa.

El proyecto todavía es piloto. ¿Cuál ha sido el criterio elegido para seleccionar a los funcionarios y profesores que han sido parte del proyecto?

Se trata de una cooperación entre socios. Es una propuesta por parte de Francia de apoyo a la educación en Guinea Ecuatorial y específicamente a la enseñanza en francés, después que el país se incorporo, hace más de 20 años, a este grupo que comparten no sólo una lengua, sino también valores.

Lo que hicimos fue, por parte de Francia, ofrecer un cuaderno, capacidad técnica y también un apoyo presupuestario y Guinea Ecuatorial se encargaba de identificar a los docentes y los funcionarios que aprovecharían esta oferta.

La propuesta era formar a altos funcionarios. El Ministerio de la Función Pública fue el que compartió la información en todas las administraciones ecuatoguineanas y nos dio una lista de funcionarios que deberíamos formar en los siguientes dos años. La meta era instruir a los que tienen posiciones de responsabilidad en Guinea Ecuatorial, ya que estos deben interactuar con los demás países. En este sentido, el francés es un idioma útil en relaciones internacionales, en esta región de África Central para empezar.

Igualmente, con los profesores, nuestra meta era el 25% de ellos, bajo el Ministerio de Educación, para que puedan después formar a sus colegas. Esta institución fue la encargada de elegir a profesores y a docentes dentro del sistema educativo de Guinea Ecuatorial para que se pudieran beneficiar de la formación.

Ese fue el método: propuesta francesa, pero interés de Guinea Ecuatorial.

¿El método que se ha empleado para impartir las clases, ha sido online, presencial y cuánto tiempo ha durado el proyecto?

La verdad es que el covid-19 ha hecho las cosas muy complicadas. Normalmente, hubiésemos debido acabar con este programa a finales del año pasado, pero hemos perdido casi un año por este motivo. No queríamos hacer los cursos en línea. De hecho, el esfuerzo presupuestario que hicimos y el trabajo de la AUF, una institución internacional que tiene capacidades de enseñanza pedagógica y que cuenta con material pedagógico e informático, hizo necesaria la enseñanza presencial. La AUF trabajó con dos métodos:

  1. Expertos de enseñanza del idioma francés vinieron durante algunos días y formaron en Malabo y en Bata a decenas de profesores y altos funcionarios de Guinea Ecuatorial. Habíamos trabajado también con la Facultad de Filología (Malabo) y la de Educación (Bata) de la UNGE y hemos contado con el apoyo del Rector Magnífico.
  2. También se entregó material pedagógico a algunos institutos de enseñanza en Guinea Ecuatorial (Santa Teresita, EWAISO Ipola, colegio Carlos Luanga) para que dispongan de manera permanente de este material y que esté disponible para todos los profesores, sobre todo, aquellos que no se beneficiaron de la formación.

Por ahora es piloto, está a prueba. ¿Tienen algún tiempo establecido para pasar a la siguiente fase?

Ahora hay que hacer el balance del proyecto, que va a durar unos cuentos meses. Escuchar a los Ministerios de la Función Pública y Educación y ver si están satisfechos. Escuchar a los docentes para ver si han visto mejoras en su manera de trabajar. Hay que escuchar a los ecuatoguineanos y ver si fue eficaz el trabajo. En caso afirmativo, podríamos sentarnos con los socios ecuatoguineanos y ver si podríamos ir a una nueva etapa.

La idea es que vea su propio interés en el aumento de la eficacia de la enseñanza del idioma francés aquí. Fue un programa piloto para demostrar a nuestro socio que podemos ir más delante.

En abril continúa el proyecto y se incorporarán más especializaciones. ¿Cuál es el proceso que hay que seguir para ser parte del proyecto y quienes son los capacitados y aptos para formar parte de esta iniciativa?

El proyecto se acaba en abril con formaciones específicas. Los profesores que se beneficiaron de este proyecto son los que se identificarán como futuros formadores. Los expertos están seleccionando a los profesores, según sus niveles, para identificar quién podría convertirse en formador. Hay que ver dentro de la formación los que han tenido éxito y los formadores darán un certificado dependiendo del nivel y algunos de los beneficiados obtendrán la capacidad de enseñar en su entorno a los demás. Esta es la última etapa de un proyecto que ha conocido un retraso de casi un año por el covid-19.

Vamos a dejar este año pasar para hacer el balance. Tal vez a principio del próximo año, las autoridades ecuatoguineanas nos digan si quieren que mantengamos el mismo sistema o se incorporen nuevas ideas para seguir adelante con el proyecto.

Esperamos que todo vaya bien y los resultados de este proyecto piloto abra caminos hacia una nueva forma de cooperación. Muchas gracias por atendernos y recibirnos en este pedacito de Francia.

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