Peligran los comercios de la zona de Pinto en Malabo por tener que hacer frente a los alquileres íntegros, pese a la crisis del Covid-19

Los dueños de los comercios instalados en esa zona han tenido que pagar el alquiler durante los tres meses de confinamiento; lo que les ha provocado incluso la pérdida del capital del negocio. En su reapertura, buscan lidiar con esa crisis económica también reflejada en la pérdida de poder adquisitivo de gran parte de la población de Malabo.

Peligran los comercios de la zona de Pinto en Malabo por tener que pagar íntegro los alquileres, pese a la crisis del Covid-19 el

El coronavirus sin dudas ha traído desgracia a los pequeños autónomos del populoso mercado de “Pinto” en ese año, en su mayoría expatriados. Muchos han tenido que afrontar gastos de, tanto el pago de los locales, como de sus viviendas de residencia, a pesar del gran parón que han sufrido sus negocios sin ningún ingreso durante tres meses.

Los arrendadores de estos establecimientos, no han tenido en consideración el parón de la actividad económica que ha sufrido el país y el mundo a causa del coronavirus, aseguran los dueños de los negocios, que incluso, manifiestan han usado parte del capital para el pago de estos inmuebles.

“He estado pagando el alquiler durante ese tiempo y no me han hecho ningún descuento, el arrendador me llamaba siempre para efectuar el ingreso”, nos cuenta Amadou Diaora, un expatriado que lleva el comercio de electrodomésticos en pinto.

Como Amadou Diaora, muchos otros comerciantes como Mustafa, siguen con las negociaciones con los dueños de los locales que alquilan para llegar a un posible descuento del 50%, si fuese posible, del pago de los tres meses que ha pasado sin actividad. “Han aguantado durante ese tiempo, pero no significa que lo han perdonado todo, la cuarentena ha cambiado los cálculos”, dice Mustafa, quien reconoce por otra parte que la actitud de los propietarios de los locales podría deberse también a la misma crisis económica, siendo estos inmuebles su única fuente de ingresos.

Los pequeños negocios  también se han visto muy afectados debido a la restricción de los vuelos internacionales, lo que impide la importación de todo tipo de mercancía. “Ahora no tengo nada importante para vender, para importar mercancías ahora,  no es fácil”, lamenta un joven desde de su pequeño negocio de teléfonos móviles.

A pesar del desconfinamiento, en su primera fase, los comerciantes siguen sin levantar la cabeza, pocos ingresos, sin afluencia de clientes: “no hay venta”, se sincera otro joven expatriado, quien nos explica que anteriormente, al día podía vender 30,000 francos en su negocio de venta de accesorios de teléfonos, algo que no es fácil ahora.

“Hay algunas cosas que son más importantes y han ocupado los puestos de los caprichos. Una persona que ha estado 3 meses en casa con los niños, en este período ya no puede pensar en comprar tres pantalones, sino que estará obligado a comprar uno, porque el precio de los dos pantalones cuesta igual a dos cajas de comida, y es los más importante para él”, reconoce Mustafa, propietario de una tienda de ropas.

A pesar de que hasta ahora pinto no ha recuperado su imagen habitual del mayor número de trafico de comerciantes ambulantes, oficiales y clientes, el respeto de las medidas de prevención del nuevo coronavirus siguen siendo precario; “el problema de las medidas es que muchos ponen el relajamiento hasta otro nivel y piensan que todo ya ha pasado y quieren vivir como antes, eso no es correcto, a pesar de que los medios de comunicación han sabido informar que todo no ha terminado, aquí por la tarde vas a ver a gente que se saluda y se abrazan, no hay distanciamiento social”, testifica Mustafa.

Por lo que el respeto de estas medidas también son casi una odisea en una calle comercial que busca revivir su ambiente normal lastrado por el Covid-19 y sus consecuencias.

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