El acuerdo se refiere a un documento de 13 páginas, firmado por la parte camerunesa por el ministro de Defensa, Joseph Beti Assomo, y por la Federación Rusa por su homólogo, el general Sergei Choïgou.
En su mayor parte y en el artículo 2 de este documento, los dos países pactar el intercambio de opiniones e información en el ámbito de la política internacional de defensa y seguridad, el desarrollo de relaciones en el ámbito del entrenamiento y entrenamiento conjunto de tropas, educación militar, medicina, topografía militar o hidrografía.
También acuerdan el intercambio de experiencias, el mantenimiento de la paz y la interacción en operaciones de apoyo a la paz bajo los auspicios de las Naciones Unidas.
Términos que son demasiado generales para muchos observadores que creen que es necesario mirar más allá de este documento para comprender la profundidad y las implicaciones de este acuerdo.
Muchos, sin embargo, saludan el coraje de Yaoundé para firmar un acuerdo de este tipo en este momento, en un momento en que Rusia se compromete a en una controvertida operación militar y criticado en todo el mundo. Otros también ven la sombra de la nebulosa Wagner, esa milicia privada rusa cuya actuación es controvertida en el continente.
Pero para los más optimistas, Yaoundé tiene razón, especialmente porque el país está plagado de numerosas crisis de seguridad en el norte con Boko Haram en las regiones de habla inglesa y del este del país. Y Rusia, cuyo poder militar está probado, puede ayudar, creen.