Compuesta principalmente por silicatos y con una corteza formada por hielo de agua, Europa, la luna de Júpiter, se ha convertido en uno de los próximos objetivos de la NASA. La agencia estadounidense ha comenzado ya el ensamblaje de la nave espacial Clipper, destinada a la órbita de este satélite y cuyo lanzamiento está previsto en 2024.
Una vez completado el montaje, Clipper tendrá el tamaño de un vehículo SUV y contará con unos paneles solares de las dimensiones de una cancha de baloncesto, con el objetivo de alimentar satisfactoriamente a la nave espacial durante su viaje, según explica la NASA en un comunicado.
La previsión de la agencia estadounidense es que la mayor parte del hardware de vuelo, incluido un conjunto de nueve instrumentos científicos, esté lista antes de fin de año. Para conseguirlo, el ensamblaje se está realizando en salas limpias del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en el sur de California, donde están llegando los componentes y los instrumentos de todo Estados Unidos y de Europa.
El cuerpo principal de la nave espacial es un módulo de propulsión de tres metros de altura, diseñado y construido por el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins con la ayuda del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA y el JPL. El módulo, equipado con electrónica, radios, cableado y el subsistema de propulsión, se enviarán a este último esta primavera.
«Será muy emocionante ver cómo se integran y prueban el hardware, el software de vuelo y los instrumentos. Es el siguiente nivel de descubrimiento»
«Estamos entrando en la fase en la que vemos cómo se unen todas las piezas», dice Jan Chodas, gerente de proyectos de Europa Clipper, del JPL. «Será muy emocionante ver cómo se integran y prueban el hardware, el software de vuelo y los instrumentos. Para mí, es el siguiente nivel de descubrimiento. Aprenderemos cómo funcionará realmente el sistema que diseñamos», añade.