Todos sabemos que nuestro cerebro reacciona de manera más lenta con el paso de los años, sin embargo la manera en que vamos perdiendo nuestra agilidad mental ha sido (y sigue siendo) motivo de debate entre investigadores y especialistas. Los estudios más recientes indicaban que nuestras capacidades mentales alcanzaban su punto máximo en la juventud, y a partir de ahí comenzaban a decaer lentamente. La idea, muy extendida aunque errónea, de que los grandes genios de la historia alcanzan sus mayores descubrimientos y logros antes de cumplir 30 parecía apoyar este progresivo declive de nuestras habilidades cognitivas.
Sin embargo esta semana se ha publicado en Nature Human Behavior uno de los estudios más amplios sobre el tema y sus resultados apuntan en otra dirección: la velocidad mental no decae a partir de la juventud sino que, en realidad, se mantiene alta hasta los 60 años. “Hasta la edad adulta, la velocidad de procesamiento de la información apenas cambia”, explica Mischa von Krause autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Heidelberg, Alemania.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores alemanes utilizaron datos recopilados de aproximadamente 1,2 millones de personas, de entre 10 y 80 años, que habían participado en un experimento anterior, diseñado originalmente para medir sesgos cognitivos. Durante aquel estudio se pedía a los participantes que identificaran imágenes, que etiquetaran caras o que clasificaran conceptos diferentes. Los voluntarios debían elegir entre dos opciones y pulsar uno de los dos botones que les ofrecían mientras se medía su tiempo de respuesta.
Utilizando modelos de difusión bayesianos los resultados del estudio publicado apuntan a que la deceleración del tiempo de respuesta que se observa a partir de los 20 años se debe a un aumento en la cautela de decisión y a otros procesos en la toma de decisión, más que a diferencias reales en la velocidad mental.
Los estudios que indicaban que la agilidad mental decae a partir de la juventud se fijaban solamente en los tiempos de respuesta, pero los investigadores de Heidelberg sostienen que existen otros mecanismos cognitivos implicados que influyen en esa rapidez de decisión pero que no implican menos agilidad mental.
“Las personas se vuelven más cautelosas en sus decisiones a medida que envejecen; intentan evitar errores”, explica von Krause. El aumento en el tiempo de reacción a partir de los 20 años se debe a que las personas desean más certeza antes de tomar decisiones a medida que envejecen, a que la información visual tarda más en viajar desde los ojos al cerebro y a que los adultos tardan más en presionar físicamente el botón conforme se hacen mayores. Estos elementos unidos a una mayor cautela y la inclinación a evitar errores explican los tiempos de respuesta.
Los resultados de este estudio respaldan las conclusiones de trabajos anteriores, pero con un número mayor de sujetos estudiados, por lo que proporciona un fuerte empujón a las teorías que afirman que la pérdida de agilidad mental no se produce en edades tan tempranas.