Maravilloso, magistral e inolvidable. Pedri puso la rúbrica a una enorme actuación personal sensacional ante el Sevilla con la que se consolida en el nuevo mago del Camp Nou. Pedri dirigió al Barça en el triunfo con el que completó su remontada en LaLiga. Mucho ha habido que esperar, pero treinta jornadas después el Barcelona alcanzó el segundo puesto. Y le queda aún un partido pendiente, para tratar de coger mayor margen de maniobra. El Barça de Xavi, impulsado por una muy buena actuación global, salvó el penúltimo obstáculo en la tabla, al que dio pocas opciones, pendiente de soñar con salvar el último en los nueve partidos que le quedan, lo que sería una hazaña enorme.
Indiscutiblemente, Pedri ya es la estrella de este Barça. El canario agarró un balón por la zona ancha cuando el choque entraba en su recta final. Fintó a la izquierda y engañó a Rakitic, a la derecha para engañar a Diego Carlos y entonces, con Jordan presto a entrar en acción, colocó el balón ajustado al poste derecho. Insuficiente la estirada de un gran Bono, principal artífice de que el Barça no llegase a ese tramo final con más ventaja en el marcador.
Lopetegui había planteado el partido sin complejos principio. Salió el Sevilla con ganas de tener el balón, pero en los minutos fue encerrándose más y más. Aunque le faltó algo de profundidad, buscó posesiones largas y tuvo la intención de apretar arriba, aunque el propio Barcelona le hacía retroceder con la clarividencia de Pedri. El canario y Frenkie aportaron movilidad entre líneas; Alba y Alves, apoyo por bandas; Dembélé, las rupturas más peligrosas por la banda derecha; y Aubameyang, mucha eficacia en la recuperación de balones. Las primeras oportunidades, así, fueron para los azulgranas: un chut cruzado de Ferran tras su típico recorte hacia dentro; un centro de Dembélé con cabezazo de Frenkie alto en su llegada desde atrás; o un chut de Alba tras combinación con Aubameyang.
Ocupado casi todo el tiempo en cerrar espacios, apoyado en la soldiez defensiva, el Sevilla volvió a asomar la cabeza en un momento en el que el Barça tomó aire. Se pidió una mano de Araujo del todo involuntaria, compensada después con una caía de Aubameyang ante Koundé, el más solvente de los zagueros andaluces. El delantero gabonés, por su parte, produjo la acción más clara cuando obligó a Bono a una gran parada abajo, pillado a contrapié por el remate de Auba tras un centro de Dembélé. Antes, Ferran había forzado la primera intervención de Bono, Araujo remató de cabeza un córner y una dejada de Dembélé tras pase magistral de Pedri no fue rematada por muy poco por Aubamayeang o De Jong.
No se había trasladado al marcador el dominio barcelonista del primer tiempo y, aunque el segundo conenzó igual que el primero, con Pedri convertido en gran lucero del juego azulgrana, el Sevilla comenzó pronto a buscar las transiciones a campo abierto: una contra de Navas acabó con un centro al que no llegó Ocampos por muy poco.
Gran Bono ante una rematada de Ferran después de un centro de Dembélé en la jugada que volvió a acelerar al Barça: otro cabezazo de Araujo a la salida del córner fue rechazado de nuevo por el meta sevillista. Ferran remató fuera por tercera vez en dos minutos tras un centro de Jordi Alba. El Barça había vuelto a empujar a su campo al Sevilla, que respondió con un tiro de falta directo a cargo de Rakitic tras una falta a Aves, que sufrió mucho.
Aparece Pedri
A punto de entrar en el tramo final y aún sin cambios en el banquillo, un cabezazo de Piqué al larguero a la salida de un córner volvió a meter al Sevilla en su área y Dembélé remató fuera (de hecho, Bono rechazó a córner que el árbitro perdonó), con el partido algo roto: Ter Stegen detuvo un chut de Marcial en otra contra y entonces apareció Pedri con su obra maestra, que hizo justicia al partido: finta ante Rakitic, finta ante Diego Carlos y golazo para sentenciar, no sin un susto morrocotudo en un error de Ter Stegen enmendado por el propio meta en un arreón del Sevilla a la desesperada.
