El 17 de julio de 2014, el vuelo MH17 de Malaysia Airlines procedente de Ámsterdam con destino a Kuala Lumpur se estrelló mientras sobrevolaba el este de Ucrania.
Los 283 pasajeros y 15 miembros de la tripulación que iban a bordo murieron. Entre ellos 196 holandeses y 38 australianos o residentes en el país.
Un equipo internacional de investigadores afirma que el avión fue derribado sobre la zona de conflicto armado con los separatistas prorrusos por un misil procedente de una base militar rusa. Moscú siempre ha negado cualquier implicación.
«La acción conjunta de Australia y los Países Bajos es un gran paso adelante en la lucha de ambos países por la verdad, la justicia y la rendición de cuentas por este horrible acto de violencia», ha dicho el Gobierno australiano en un comunicado.
El Gobierno holandés ya inició otro proceso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). También está en marcha un juicio en Países Bajos contra tres rusos y un ucraniano, acusados de haber participado en el lanzamiento del misil implicado en el accidente.
La OACI establece las normas que rigen el transporte aéreo civil en virtud del Convenio sobre Aviación Civil Internacional pero no tiene poder para imponer sanciones.