Eugenio López Rodea, quien en 1964 fundara Jumex, murió la madrugada de ayer viernes a los 86 años de edad. Su legado al frente de la empresa, hace algunos años recayó en su único hijo, Eugenio López Alonso, fruto de su matrimonio con Isabel Alonso, su única esposa y quien murió en 2017.
López Rodea fue hijo del también empresario Vicente López Resines, fundador de La Costeña, una de las empresas más importantes en el sector alimentario. Pero el trabajo de Eugenio tomó un giro muy relevante cuando en el 61 presentó la marca Frugo, antecesora de Jumex.
Estuvo casado con Isabel Alonso, una mujer a la que sus allegados describían como sencilla y cariñosa, quien, sin duda, fue parte fundamental en el desarrollo laboral de su esposo, siendo su gran compañera.
De esta relación, de más de 50 años, nació Eugenio López Alonso, actual presidente de la Fundación Jumex y quien se ha destacado por ser uno de los mecenas y coleccionistas de arte más importantes de nuestra época.
En numerosas ocasiones fuimos testigos del profundo amor, respeto y complicidad que existían en la relación entre ambos Eugenios y durante una entrevista, cuando acompañamos al coleccionista a Nueva York para recibir un galardón por su labor filantrópica, mencionó que tanto su mamá «Chavelita» como su papá eran las personas más importantes de su vida.
«Ese señor es, junto con mi madre, lo más maravilloso que me ha pasado en la vida. Nada, yo no sería nada sin ellos. Ese señor jamás me ha cuestionado algo de mi vida privada, nada de lo que hago. Él ha creido en mí con amor, un cariño y una confianza infinita. Es un hombre de bien y confió en mi siempre», aseguró sobre su padre.
Y es que la pasión por el arte de Eugenio hijo nació gracias a su mamá, pero fue su papá su principal impulsor cuando a sus 26 años inició la que ahora está considerada como una de las colecciones de arte contemporáneo más relevantes del mundo.