El flujo de lava de 15 metros de altura ya se ha tragado 20 casas en el pueblo de El Paso y tramos de carreteras, dijo el lunes por la mañana el alcalde Sergio Rodríguez a la estación de radio de TVE.
Ahora se está extendiendo por el pueblo vecino de Los Llanos de Aridane, donde cientos de casas están en riesgo.
«Estamos monitoreando la trayectoria de la lava», dijo Rodríguez.
Desde que entró en erupción en la tarde de ayer domingo, el volcán ha disparado lava cientos de metros en el aire y ha vertido flujos de roca fundida hacia el Océano Atlántico sobre un área escasamente poblada de La Palma, la isla más al noroeste del archipiélago de Canarias.
Las autoridades locales han evacuado a unas 5.000 personas de cuatro pueblos, incluidos El Paso y Los Llanos de Aridane, y es probable que no sean necesarias más evacuaciones, dijo el lunes por la mañana el presidente regional de las Islas Canarias, Ángel Víctor Torres.
«La lava se está moviendo hacia la costa y el daño será material. Según los expertos hay unos 17-20 millones de metros cúbicos de lava», dijo.
No se reportaron muertes y es probable que no ocurra ninguna siempre que nadie se comporte de manera imprudente, dijo el lunes el vulcanólogo Nemesio Pérez.
La Palma había estado en alerta máxima después de que se informaran más de 22.000 temblores en el espacio de una semana en Cumbre Vieja, que pertenece a una cadena de volcanes que tuvo una erupción importante por última vez en 1971 y es una de las regiones volcánicas más activas en el Canarias.
En 1971, un hombre murió mientras tomaba fotografías cerca de los flujos de lava, pero ninguna propiedad resultó dañada.
El primer ministro Pedro Sánchez llegó a La Palma el domingo por la noche para conversar con el gobierno de las islas sobre el manejo de la erupción.
«Tenemos todos los recursos y todas las tropas, los ciudadanos pueden estar tranquilos», dijo.