Durante el ataque contra la «Happy Lady», un miembro griego de la tripulación de 28 marineros resultó herido en el tobillo por el impacto de una bala. Fue transladado a un hospital local, según la oficina de prensa de la policía portuaria griega, que está siguiendo los casos de barcos griegos.
Entre los ocho marineros secuestrados hay cinco griegos, incluido el capitán, dos filipinos y un ucraniano. «El Ministro de la Marina Mercante, Yannis Plakiotakis, ha sido informado y está siguiendo el asunto de cerca con el Ministerio de Asuntos Exteriores griego y la compañía de gestión de buques tanque, dijo el comunicado. El propietario del buque es la empresa «Atenas del Mediterráneo Oriental», que tiene su sede en la capital griega, según la policía portuaria.
Los ataques en barco y los secuestros de rescate son relativamente comunes en el Golfo de Guinea, un área considerada como el nuevo epicentro de la piratería marítima global, a lo largo de la costa oeste de África.
Rescate y saqueo
Los piratas a veces secuestran los barcos durante varios días, y exigen grandes rescates antes de liberar a la tripulación. En noviembre pasado, un grupo armado irrumpió en otro petrolero griego, Elka Aristóteles, a unas diez millas náuticas de la costa de la capital de Togo, Lomé, y capturó a cuatro marineros.
Tres de ellos fueron liberados el 13 de diciembre, pero el cuarto murió en cautiverio. Todavía se está llevando a cabo una investigación, pero «parece que su muerte no se debió a las acciones de los secuestradores sino a una enfermedad», dijo un comunicado del propietario del petrolero.
El Golfo de Guinea, que se extiende por más de 6,000 kilómetros de costa, desde Angola hasta el sur de Senegal, se ha convertido en los últimos años en una de las regiones marítimas más peligrosas del mundo, muy por delante de la costa somalí del golfo de Adén.