Intento de golpe de Estado en Guinea-Bissau

La CEDEAO ha condenado este acto; este es el tercero en la Región del África del Oeste en los últimos 18 meses.

Intensos tiroteos estallaron este martes cerca del Palacio de Gobierno en la capital de Guinea-Bissau, según  testigos, generando nuevos temores de un golpe de Estado en un país con un largo historial de tomas de poder.

La televisión estatal reportó que el tiroteo dañó el edificio de gobierno y que “invasores” tienen en su poder a varios funcionarios.

Se piensa que el presidente Umaro Cissoko Embalo, un general del Ejército retirado, estaba dentro del edificio en el momento del ataque.

El bloque regional de 15 naciones de África occidental, CEDEAO, lidiando ya con otros tres golpes de estado en países miembros en los últimos 18 meses, calificó la violencia de hoy  como un intento de golpe y dijo que está monitoreando la situación en Bissau con “gran preocupación.”

“La CEDEAO condena este intento de golpe y responsabiliza a las fuerzas armadas por la integridad física del presidente Umaro Sissoco Embalo y los miembros de su gabinete”, dijo la declaración en Twitter.

Embalo fue declarado ganador de las elecciones de 2020, aunque el resultado fue dcuestionado por su rival Domingo Simoes Pereira.

Embalo entonces comenzó a formar un nuevo gobierno con el respaldo de las fuerzas armadas, al tiempo que sigue pendiente una apelación ante la Corte Suprema.

Desde que ganó la independencia de Portugal en 1974, Guinea-Bissau ha sufrido cuatro golpes de Estado y más de una decena de intentos.

La pequeña nación del oeste africano de alrededor de 1,5 millones de personas sufre desde hace mucho la corrupción y el tráfico de drogas. En la década del 2000, se volvió un punto importante del tráfico de cocaína entre América Latina y Europa porque los traficantes se beneficiaban con la corrupción y la débil aplicación de la ley.

África occidental ha registrado una serie de golpes desde agosto del 2020, con juntas militares tomando el poder en Mali, Guinea y Burkina Faso. Pese a las presiones internacionales, ninguno de los gobernantes militares ha organizado elecciones.

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