Algunos de los datos curiosos de las tortugas son que el caparazón no es una estructura aislada, pueden ver colores, solamente desovan en tierra, son solitarias, flotan con los pulmones, no todas las tortugas son lentas, no producen su propia temperatura, en zonas templadas hibernan, no tienen dientes y usan el abdomen y patas traseras para respirar.
Todas las tortugas, tanto acuáticas como terrestres, se ubican dentro del orden Testudines, el cual es un grupo muy antiguo, aunque poseen diferencias anatómicas significativas con los registros fósiles encontrados. Las tortugas son animales peculiares, generalmente inofensivos, que más bien sufren las consecuencias del impacto de las acciones humanas, lo que ha puesto a muchas especies en riesgos importantes.
Curiosidades de las tortugas que te sorprenderán:
1 Carecen de dientes
Las tortugas no tienen dientes, sin embargo, esto no es en lo absoluto una limitación para alimentarse, ya que algunas especies, como la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), poseen unas estructuras de queratina en el paladar, alrededor de la mandíbula e incluso hacia el esófago, que les ayudan a retener y procesar el alimento.
Por otro lado, diversas especies, como la tortuga verde (Chelonia Mydas), que no tiene dientes y tampoco las estructuras de queratinas antes mencionada, se apoyan en la forma dentada que tiene su mandíbula para sujetar las algas o la vegetación de la cual se alimentan cuando son adultas.
2 No tienen cuerdas vocales
Uno de los datos curiosos de las tortugas marinas y terrestres más sorprendentes es que carecen de cuerdas vocales, no obstante, esto no les impide emitir diversos tipos de sonidos para comunicarse. Aunque no logremos escuchar claramente los sonidos hechos por estos animales, sí los hacen, de hecho, de diferentes tipos y frecuencias. Por ejemplo, las tortugas terrestres emiten ciertos sonidos, principalmente durante el momento de la copulación.
3 Carecen de orejas
Otra curiosidad de las tortugas es que no poseen oído externo, es decir, no tienen orejas, pero sí un sistema auditivo compuesto por oído medio e interno, lo que les permite escuchar. Otro rasgo particular es que su tímpano, a diferencia de otros reptiles, está rodeado por el laberinto óseo y no por escamas.
En este sentido, a pesar de que las tortugas carecen de orejas, no solo logran escuchar, sino que también se comunican por diversos tipos de sonidos y frecuencias, como hemos mencionado anteriormente.
4 El caparazón no es una estructura aislada
El caparazón de las tortugas está formado por los huesos de la columna, cintura escapular y costillas, todos fusionados junto con piel osificada y que están cubiertos por placas óseas. Hay quienes piensan que bajo el caparazón está la tortuga, pero el caparazón es realmente la tortuga y es inseparable de ella. Tiene la función de proteger contra depredadores. Bajo estas placas se forman otras nuevas cada año y pueden verse los anillos de crecimiento en algunas especies, especialmente en las completamente terrestres. En algunas tortugas acuáticas el caparazón está muy reducido porque no necesitan tanto de esa protección. Cabe mencionar que no todas las tortugas se retraen dentro de su caparazón.
5 Pueden ver colores
Es sabido que la identificación de colores varía entre organismos, y es sorprendente saber que las tortugas pueden ver a color. Los ojos son grandes y están muy desarrollados con párpado. Ellas pueden distinguir bastante bien los amarillos, verdes y rojos, porque normalmente las frutas tienen estos colores vivos. Esta es una adaptación que les ayuda a encontrar alimento de buena calidad y en buen estado. Además, tienen muy buena vista de lejos, aunque no tan buena de cerca.
6 Solamente desovan en tierra
Aunque pudiera pensarse que el ciclo reproductivo de las tortugas se completa en el entorno al que están adaptadas, tanto tortugas marinas como terrestres ponen huevos solamente cuando salen a tierra. Necesitan cavar un nido bajo el suelo para que los huevos puedan desarrollarse, y de otra forma no se darían. Las tortugas marinas hembras se empujan con sus patas en forma de remo hacia las playas, para cavar ahí. En cuanto a las terrestres, se distingue que tienen uñas traseras más largas y patas más robustas para poder hacer el nido.
7 Son solitarias
Aunque muchas veces se les ve reunidas tomando el sol, pero lo hacen más por falta de espacio que por un carácter gregario. Solamente son sociales cuando es temporada reproductiva y cuando es el momento de copular, proceso que dura pocos minutos.
8 Flotan con los pulmones
Las tortugas acuáticas o semiacuáticas necesitan mantenerse a flote para poder respirar y tomar el sol. Los peces tienen una vejiga natatoria para lograrlo, pero las tortugas usan la toma de aire para flotar en la superficie. Cuando quieren hundirse para desplazarse, sueltan el agua. Para esto usa además músculos especiales.
9 No producen su propia temperatura
Como las tortugas son reptiles, son ectotermos y no pueden producir su propio calor. Por eso es común verlas tomando el sol sobre rocas o troncos de árboles caídos dentro del agua. Para saber dónde hay más calor, tienen unos sensores en la palma de las patas y en la cabeza que sirve como indicador de temperatura. Necesitan exponerse a 24 y 33 °C, y una vez logrado ya se desplazan hacia la sombra.
10 En zonas templadas hibernan
Dado que requieren de temperaturas cálidas para que su sistema funcione, en zonas templadas donde no se logra llegar a los 24 °C deben hibernar. En el proceso bajan sus necesidades fisiológicas al máximo para no necesitar alimento. Algunas pueden enterrarse, mientras que otras solo buscan un lugar oscuro y apartado. Pueden pasar así desde otoño hasta primavera, según las condiciones de cada lugar.
11 La temperatura condiciona el sexo
Otro de los datos curiosos de las tortugas es que el sexo de la cría viene determinado por la temperatura. Así, en varias especies de tortugas, la temperatura del medio donde se desarrollan los huevos determina el sexo de los embriones, sin embargo, no hay un proceso único:
- En algunos casos, las temperaturas elevadas hacen que se formen más hembras y menos machos.
- En otros casos, los machos se forman si hay condiciones térmicas intermedias, mientras que las hembras si la temperatura se ubica en alguno de los extremos.
Incluso hay especies, como la tortuga china de estanque (Mauremys reevesii), en las que el embrión se mueve dentro del huevo para seleccionar mejores condiciones de temperatura, lo que influye en la determinación del sexo.
12 Usan el abdomen y las patas traseras para respirar
Dado que el caparazón es rígido y no pueden moverlo para respirar, se ayudan de la musculatura de abdomen para tomar aire. Cuando respiran muy profundo después de algún esfuerzo se ayudan de las patas traseras. A veces se les puede ver subiendo y bajándolas varias veces, y se debe precisamente a que están respirando.
13 Son muy longevas
Las tortugas mientras están en el huevo y al nacer son muy vulnerables, principalmente aquellas que habitan en espacios naturales donde existen depredadores que las acechan para alimentarse de ellas. Sin embargo, son animales que crecen rápidamente, lo que les permite desarrollarse para protegerse principalmente por su caparazón. Una vez que han madurado, estos animales ralentizan su desarrollo y envejecen con lentitud, lo que les otorga una importante longevidad de más de 100 años, como es el caso de la tortuga gigante de Santiago (Chelonoidis darwini), entre otras.
A modo de dato curioso sobre las tortugas relacionado con este punto, el Libro Guinnes de los Récords recoge a una de las tortugas más longevas que conocemos, Tu’i Malila, que falleció a los 188 años. Así mismo, en el año 2006 falleció Adwaita, una tortuga gigante de Aldabra que vivía en un zoológico de la India y se sospecha que pudo tener más de 250 años, aunque no se sabe con exactitud.
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