Entre los motivos que han propiciado este encuentro destacan la necesidad del Gobierno de expresar sus inquietudes relativas al mal estado en el que se encuentran determinadas obras acometidas en favor del Gobierno por algunas empresas del sector.
La situación de la deuda que el Gobierno mantiene con algunas de las empresas constructoras se ha visto agravada por la parálisis de la actividad económica a nivel nacional e internacional provocada por la pandemia del Coronavirus.
Pese a ello, muchas y variadas son las deficiencias encontradas en un abultado número de las obras realizadas por las referidas empresas, ya sea en las promociones de viviendas sociales presentes en todo el territorio nacional, o en infraestructuras viales tales como la carretera de Nsork-Acurenam, Río Campo, Kogo o el puente de Sendje; las cuales han provocado, en algunos casos, el aislamiento de las poblaciones cercanas.
Al respecto, el Primer Ministro ha señalado que dichas circunstancias debían apelar a la conciencia de las empresas responsables, precisando que en la mayoría de los casos los problemas que se presentan en la actualidad se deben a multitud de factores, entre los que subrayaba la falta de rigor de ciertas empresas de supervisión y la mala calidad de los materiales utilizados; instando a los presentes a respetar y cumplir la normativa vigente en materia de urbanismo y construcción.
Obama Asue aprovechaba esta reunión para indicar que el Gobierno cumplirá con sus obligaciones de pago con posterioridad a la realización de la verificación de los datos arrojados por una doble auditoría: la de la deuda fiscal y la del cumplimiento de los compromisos reflejados en los contratos celebrados con el Gobierno; dado que muchos son los casos en los que se han identificado a empresas que, pese a haber finalizado la construcción de determinadas obras civiles, no han cumplido con requisitos contractuales, tales como la construcción de obras sociales.
El Encargado de la Coordinación Administrativa solicitaba de los presentes responsabilidad, seriedad, participación e implicación en la construcción y desarrollo de la Nación, al tiempo que expresaba su condena a la práctica de la corrupción observada en el sector; una práctica perniciosa para el desarrollo del país efectuada, a menudo, en connivencia con servidores públicos.