Unión Africana: «Hay unos 113 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria en África»

El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, en su discurso preparatorio de las cumbres señaló como causas de la situación humanitaria actual, los conflictos armados internos.

Moussa Faki Mahamat, presidente de la UA/foto: Unión Africana

Durante la reunión del Consejo Ejecutivo de la Unión Africana para preparar las cumbres extraordinarias sobre cuestiones humanitarias, lucha contra el terrorismo y cambios inconstitucionales de gobierno que se desarrolla en Guinea Ecuatorial, su presidente Moussa Faki Mahamat avanzó que el consejo abordará tanto las cuestiones humanitarias como la espinosa cuestión del terrorismo y los cambios inconstitucionales en el continente. Estas dos cuestiones están entrelazadas en términos de causas y consecuencias.

Señaló que la situación humanitaria actual dista mucho de ser brillante y se ve fuertemente eclipsada por los datos estadísticos proporcionados por los organismos especializados, siendo esta deplorable situación  el resultado de una combinación de factores de origen humano y natural.

Moussa Faki Mahamat manifestó que los prolongados conflictos armados internos, los conflictos intercomunitarios y los múltiples efectos del cambio climático sobre la capacidad de producción agrícola y los pastos han provocado crisis alimentaria y nutricionales. Y señaló a la pandemia de covid-19 como un formidable multiplicador de dificultades cuyas consecuencias se ven hoy reforzadas y amplificadas por el impacto del conflicto ruso-ucraniano.

«Al reforzarse mutuamente, los efectos negativos de estos factores están acelerando el proceso de deterioro de las condiciones de vida de las personas con problemas humanitarios. Según los datos actualizados por las agencias humanitarias, en la actualidad hay unos 113 millones de personas en África que necesitan ayuda humanitaria, de los cuales 48 millones son refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos. Hay que atender urgentemente las necesidades de estas personas para preservar lo que queda de su dignidad humana. Si no se hace nada, debemos esperar un aumento de estas cifras y una inmersión irreversible en la infrahumanidad para estos hermanos y hermanas», señaló Moussa.

También hizo ver que de acuerdo con la situación precaria actual deterioro de la situación de los refugiados y desplazados internos para reaccionar, la Unión Africana no esperó en adoptar la Convención de Kampala en 2009, junto con una declaración que contiene unas cincuenta recomendaciones prácticas. Esta convención pretendía abordar eficazmente el reto que suponen las víctimas de los desplazamientos forzados en el continente. De acuerdo con esta perspectiva operativa, la UA convocó la primera Conferencia de Donantes Humanitarios en 2011 bajo el lema «Una África, una voz contra el hambre».

«La UA también ha reforzado la institucionalización de sus esfuerzos en el ámbito humanitario. La nueva estructura departamental de la comisión resultante de la reforma institucional ha creado un nuevo departamento. Su nombre, Salud, Asuntos Humanitarios y Desarrollo Social, refleja el compromiso político de nuestros dirigentes con los más desfavorecidos. Se trata de una tarea compleja, y la Unión Africana no puede hacerlo sola. Por eso, la particularidad de su reunión es también que se centrará en la Conferencia de Donantes. Responder a los déficits de financiación de la ayuda humanitaria debe ser una urgencia para África cuando sabemos que la atención se centra más en Europa del Este con el conflicto entre Rusia y Ucrania. Les ahorraré las cifras, pero la movilización de recursos financieros para esta región es desproporcionada en comparación con lo que se ha movilizado para África en las últimas décadas».

Terrorismo y los cambios inconstitucionales

«La primera es una gangrena que está infectando progresivamente todas las regiones del continente. Desde Libia, en el norte de África, hasta Mozambique, en el sur del continente, desde Malí, en África occidental, hasta Somalia, en el Cuerno de África, pasando por el Sahel y el este de la RDC, en África central, el terrorismo no cesa de extender su macabra red, con considerables consecuencias para las finanzas, la economía y la seguridad de las poblaciones. Todos los días se registran víctimas. Muchos pueblos y campos están desiertos. Cientos de escuelas están cerradas». El presidente de la comisión reconoce que la unión de sus esfuerzos, la sinergia de sus estrategias y el apoyo de los socios han permitido ciertamente contener el terrorismo, pero no erradicarlo totalmente y sigue siendo una gran preocupación para muchos Estados que invierten la mayor parte de sus recursos en combatirla o en protegerse.

Señaló el fenómeno de los cambios inconstitucionales de gobierno como una plaga reciente en el continente, que suponen un retroceso en los procesos democráticos emprendidos en muchos países en los últimos treinta años. Para ello, las reuniones del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana han estado muy marcadas en los últimos años por la inclusión en su orden del día de puntos relacionados con estos cambios, dando lugar a medidas de suspensión por parte de los Estados afectados. «Además, los periodos de transición establecidos tras estos cambios inconstitucionales se han convertido en fuentes de disensión y, a veces, de tensión, lo que va en detrimento de la estabilidad de los Estados afectados».

Moussa Faki manifestó que esta nueva situación plantea interrogantes y ponen en duda la pertinencia y la aplicación de los instrumentos adoptados para prevenir los ataques al constitucionalismo y al cambio democrático. Por lo que, «es en estos males que minan gravemente la evolución del continente en los que debe centrarse su consejo para marcar las pautas necesarias para ilustrar a los jefes de Estado, cuya previsión y sabiduría serán decisivas para las conclusiones de las dos Cumbres».

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