Juramento de cargos de los miembros del Tribunal de Cuentas ante Obiang Nguema Mbasogo

La ceremonia se desarrolló en la sala de embajadores del Palacio del Pueblo de Malabo, en presencia de varias autoridades nacionales, como los presidentes de los órganos constitucionales.

Los miembros del Tribunal de Cuentas, algunos consejeros de la Presidencia del Gobierno en diferentes departamentos ministeriales, así como el director general de Gepetrol Servicios, prestaron juramento de sus respectivos cargos el 10 de junio ante el presidente de la república, Obiang Nguema Mbasogo.

La ceremonia se desarrolló en la sala de embajadores del Palacio del Pueblo de Malabo, en presencia de varias autoridades nacionales, como los presidentes de los órganos constitucionales, el primer ministro del Gobierno y el secretario general del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, PDGE.

Tras la lectura de los decretos presidenciales por los que fueron nombrados, el primero en jurar fidelidad, acatar la Ley Fundamental y el ordenamiento jurídico de la nación, ante Obiang Nguema Mbasogo, ha sido el presidente del Tribunal de Cuentas en la República de Guinea Ecuatorial, Melchor Esono Edjo.

En representación de todos los demás que juraron sus cargos dicha jornada, el magistrado Honorio Site Roca alzaba la mano ante el jefe de Estado.

Se trata de un órgano de nueva creación en el país. Sus miembros están llamados a ejercer el control fiscal de la administración y de los particulares o entidades que manejan los fondos o bienes públicos, además de velar por la transparencia de la gestión fiscal, como se establece en el capítulo noveno de la Ley Fundamental y la Ley Orgánica Número 5/2012, de fecha 16 de noviembre, por la que se regula este tribunal.

Por su parte, Obiang Nguema Mbasogo, en sus palabras durante el acto, ha augurado esperanzas respecto a que el Tribunal de Cuentas trabaje con el objetivo de reducir la corrupción y los desvíos de fondos en la Administración Pública del Estado.

Por ello, recomendó a los miembros del tribunal fiscalizar todo e ir detrás de todos en cualquier sitio en el que se ha destinado los fondos de Estado para ver qué se ha llevado a cabo, creando unidades y servicios que ayuden al buen funcionamiento de este órgano.

 

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