Una delegación de la Agencia de la Unión Africana para el Desarrollo (NEPAD) ha llegado a Guinea Ecuatorial para analizar con las autoridades del país, los objetivos ya conseguidos y los retos a alcanzar en el programa continental de la Agenda 2063 de la Unión Africana; ésta se adoptó en Addis Abeba el pasado 31 de julio de 2015 durante la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana.
La oficina de información diplomática ha informado recientemente que, en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación se llevó a cabo la primera sesión de trabajo entre la comitiva de la unión encabezada por la presidenta Nardos Bekele-Thomas y miembros del Gobierno de Guinea Ecuatorial, Pedro Nguema Ndong, viceministro de Asuntos Exteriores, Adoración Salas Chonco, Rufino Ovono Ondo y Francisca Eneme Efua ministros de Pesca, Transportes y de Agricultura respectivamente. En el encuentro, se puso sobre el tapete los proyectos factibles de diversificación e industrialización de la Economía Nacional Ecuatoguineana 2035 con los proyectos de desarrollo de la Agenda de la Unión Africana 2063. Desarrollo en diferentes áreas de la vida sociopolítica de Guinea ecuatorial, que se podrían canalizar a través del Banco Africano de Desarrollo.
En palabras de Pedro Nguema Ndong, «Guinea Ecuatorial cree que mucho se ha logrado» desde la puesta en marcha de este organismo aunque, reitera que, su «programa es todavía relativamente joven y tiene la oportunidad de perfeccionarse en el futuro ya que —acentuó–, la institución no representa nada radicalmente nuevo, sino que ofrece un refinamiento de las políticas existentes».
La presidenta Nardos Bekele-Thomas, por su parte, manifestó que es momento de que África se despierte «a través de políticas puestas en implementación. Tanto es así –matizó–, que la Agenda 2063 de la UA es la mejor en todo el mundo, puesto que supone una hoja de ruta para el desarrollo de todo un continente».
Las principales prioridades de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África son: erradicar la pobreza, situando a los países africanos en el camino del crecimiento y el desarrollo sostenible, evitar que África siga quedando marginada del proceso de globalización por conseguir una integración más plena y provechosa de sus países en la economía mundial. Proyecta, igualmente, introducir reformas políticas y movilizar recursos en la agricultura mediante el perfeccionamiento de los recursos humanos, con especial atención en la salud, educación, ciencia y tecnología, además de la construcción y mejora de infraestructuras básicas. La diversificación de la producción y las exportaciones, las manufacturas y el turismo, la intensificación del comercio intracontinental, la protección del medio ambiente y el acceso más amplio de sus exportaciones a los mercados de los países más adelantados, son otras de entre sus más ambiciosas intensiones.