La idea programada para el próximo día 29 del presente mes era, por un lado, formar un grupo de veinte individuos que actuarían en la detonación simultánea de cuatro gasolineras, dos en cada una de las principales ciudades del país (Malabo y Bata). Y, por otro lado, atacar a sangre fría a los miembros de Gobierno en sus residencias, siendo el primer ministro el blanco perfecto. También estaba previsto asaltar algunas embajadas acreditadas en Guinea Ecuatorial.
Desde la aparición de las redes sociales en Guinea Ecuatorial, se ha venido escuchando audios de instigación a la violencia y a las manifestaciones ilegales en el país, injurias y calumnias a personalidades públicas; incluyendo al jefe de Estado.
Es una de las campañas a las que COALIPGE forma parte y cuyos miembros actúan con seudónimos. Como es el caso de Pablo Angüe Ncuan apodado Émuan Nkoa-Nguema, traducido como hijo de Nkogo Nguema.
Los constantes planes de los audistas, para confundir a la opinión pública nacional e internacional sobre el supuesto bajo nivel de vida de los ecuatoguineanos, no han tenido éxito.
Para ello, se han unido en bloque con el objetivo de crear otra estrategia más sangrienta que responda a sus propios intereses. En este sentido, COALIPGE y sus aliados han ido lejos con una operación más profunda, cuyo propósito era desestabilizar el país.
«Hace una semana, pasé por San Valentín (barrio), en un bar de mi compañera un chico me conoció y me llamó por mi nombre artístico papaíto, qué pasa, estás aquí, no acabo de oír tus audios. Le respondí que me canso de hacer audios ahora, porque eso de manifestación que estamos preparando ya me desanima. Primero no hay gente que va a participar a la manifestación y enviar audios cada día, ya me desanima. Lo que yo veo ahora es que, podemos armar un escándalo; entonces, ese chico me dijo que él no tiene tiempo de hacer audios…él dijo que según lo que sabe, él es muy criminal, él es capaz de pescar materiales para detonar ciertas gasolineras de Malabo y Bata…», extracto de las declaraciones de uno de los presuntos implicados.
Hace 18 meses, Guinea Ecuatorial enteró a más de cien hijos fallecidos en la tragedia del 7M en Bata; un dolor que el país todavía no consigue superar. Sin embargo, es sorprendente que los propios ecuatoguineanos estén planificando derramar más sangre de forma consciente.
Pero esta vez, sus planes no han tenido éxito. La inteligencia ecuatoguineana ha interceptado su plan de crear un caos a gran escala en el país que, no sólo devolvería las lágrimas en los ojos de sus compatriotas, sino que también ralentizaría el programa de desarrollo y recuperación económica trazado por el Gobierno. Por ahora, se ha detenido a algunos en Bata y Malabo y la investigación sigue abierta.