Este 14 de julio, el pueblo francés residente en Malabo encabezado por su embajador Laurent Ponceaux acompañado de personalidades políticas, diplomáticas y civiles invitados han celebrado por segundo año consecutivo en la zona presidencial de Sipopo, el 14 de julio, Fiesta de la Independencia de Francia.
La tradición se remonta a 1790 con la fiesta de la federación y los primeros banquetes populares. El 14 de julio supone un momento de reunión y celebración en el que recuerdan el día de la toma de la Bastilla en 1789. En 1880, hace 143 años, se constituyó como una fiesta nacional para todos los franceses.
Después de que el embajador Laurent Ponceaux resaltara la importancia de esta fecha para todo el conjunto de franceses, Maricruz Evuna Andeme, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Cooperacion Internacional y Diáspora, ha resaltado que Francia es un aliado estratégico y clave para el logro de los objetivos marcados en el Plan de Desarrollo Socioeconómico de Guinea Ecuatorial, entre otros temas no menos importantes, también ha destacado la cooperación de Francia con su Gobierno en el sector militar.
El evento también ha contado con momentos como el sorteo de un billete de avión Malabo-París, París-Malabo, la entonación de los himnos la Marsellesa (Francia) y el de Guinea Ecuatorial que corría a cargo de la artista Yolanda Eyama.
Los invitados han compartido una velada agradable repleta de buena cena, buena música y compañía para un viernes noche.
La Toma de la Bastilla Francesa
La toma de la Bastilla supuso el inicio de la Revolución Francesa, el 14 de julio de 1789. Los franceses lograron poner fin a una serie de conflictos políticos y sociales que terminaron la abolición del feudalismo y el Antiguo Régimen. Así, se inició la Edad Contemporánea y se creó el famoso lema francés Liberté, Égalité, Fraternité (Libertad, Igualdad y Fraternidad).
Se trataba de un momento difícil en el que la población apenas tenía alimentos y los precios estaban al alza. En ese contexto, el pueblo francés tomó la Bastilla e inició la revolución, que fue un símbolo para sentar las bases de la fraternidad.