Es un grupo formado por cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, acusados por cometer delitos contra la hacienda pública: falsificación de documentos y abuso de confianza.
Según cuenta Benito Obiang Nzé, cabecilla del grupo, después de quedarse sin empleo, en compañía de unos colegas, entre ellos su esposa, decidieron iniciar esta actividad desde el mes de enero de este año.
Sus zonas de operación eran los barrios. Ahí se presentaban como funcionarios del ministerio del interior, ofreciendo credenciales y autorización de documentos a los dueños de abacerías, carpinterías y talleres que no disponían de dichas documentaciones extorsionándoles con un posible cierre del local. Los dueños, al encontrarse entre la espada y la pared, procedían con los pagos en negro a los supuestos funcionarios quienes se quedaban con las comisiones.
Los investigadores al frente de este caso afirman que Benito Obiang Nzé es un ex convicto y que esta es su cuarta detención.
De momento se desconoce el monto de dinero exacto que este grupo ha estafado a la sus víctimas.