Hoy la Iglesia católica comienza, con el Miércoles de Ceniza, el tiempo litúrgico de la Cuaresma en el que, durante 40 días y a través de la vivencia del ayuno, la oración y la limosna, los fieles se preparan para la Semana Santa en la que se actualizan los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
En este tiempo los fieles están llamados a trabajar de manera especial en la conversión personal, exhortación que durante la imposición de las cenizas expresa el celebrante con las palabras: «convertíos y creed en el Evangelio».
Asimismo, con la expresión «acuérdate que eres polvo y al polvo volverás» se recuerda la caducidad y fragilidad de la vida humana en la que la muerte es un destino inevitable.
El mensaje del pontífice de este 2022 está marcado por una llamada a la comunidad a perseverar en la fe y renovar nuestro compromiso con el Creador con las cita Bíblica Gálatas 6:9-10, «no nos cansemos de hacer el bien, porque si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad (Kairós), hagamos el bien a todos».
Con esta pausa en el calendario litúrgico ordinario, el papa también resalta la fragilidad del ser humano independientemente de la convicción que tiene este de su poder personal, «nadie se salva solo porque estamos todos en la misma barca en medio de las tempestades de historia, pero, sobre todo nadie se salva sin Dios» dice añadiendo que los fieles pongan en sus oraciones la paz en Ucrania.
Con la imposición de las cenizas de las ramas del 2021, la comunidad católica inicia así un tiempo de cambio que dará paso al momento litúrgico más intenso de todo el año que trata de entender por qué murió y resucitó Jesús: la Semana Santa.