Jóvenes de las diferentes zonas y barrios de Malabo se conglomeraron este viernes en la sede de Okume Estudios, para participar en las actividades organizadas por el colectivo de fotógrafos de la ciudad de Malabo y la embajada de los Estados Unidos con ocasión al Día Mundial de la Fotografía.
A pesar de que el tiempo para organizar las actividades fue escaso, el evento fue gratificante y dio más de lo que se esperaba, desde la presentación del evento hasta el refrigerio con el que se ponía fin a las actividades.
José Mensa iniciaba la ronda de trabajos narrando brevemente la historia de la fotografía desde sus inicios cuando no era considerado todavía como un arte hasta la actualidad, en la que ya se marca la diferencia entre un fotógrafo y un toma fotos concluyendo que “la fotografía es el reflejo de lo que queremos que vean los demás”.
Por ser la primera ocasión en la que en una fecha tan señalada para los fotógrafos, todos se asociaban en un determinado lugar, hicieron una breve presentación de su historia así como las actividades y los servicios que ofrecen.
Las técnicas y procedimientos para aplicar a las becas de Mandela Fellowship 2023, también tuvieron un espacio así como una charla sobre las perspectivas negativas que tenemos de las situaciones señalando sobre todo el acostumbrado y automático “aguantando” que respondemos cuando nos preguntan «cómo estamos o cómo nos va». «Tu cerebro condiciona todos tus sentidos para capturar los momentos malos porque tu cerebro está hecho para darte la razón», decía a los presentes Juan Daniel Hanza de la consultoría Brainshop quien concluía matizando la necesidad de vivir atrayendo las sensaciones positivas de las situaciones a pesar de las circunstancias.
Valentín Zamora y Aquiles Mensa dirigieron los 2 cursos de fotografía previstos para la ocasión, el primero con el teléfono móvil y con las técnicas aplicables para tener las mejores fotos independientemente de la marca que utilice uno y la última, con una cámara fotográfica aprendiendo a controlar la iluminación con una sola luz, a conocer los parámetros de la cámara así como ciertas técnicas para fotos casi profesionales sin ser fotógrafos.
Un evento cargado de risas y buenas energías que se hacía cada vez más interesante, tras el anuncio de que ya no sería un premio sino tres. Como tarea final, los asistentes deberían aplicar las técnicas fotográficas aprendidas para figurar entre las tres mejores fotos del evento. Después de una difícil deliberación y una nueva ronda con las cinco mejores fotos, el jurado compuesto por fotógrafos destacó tres de ellas entregando así a tres jóvenes los premios según las categorías.
