El pasado martes, 23 de abril del año en curso la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española (AEGLE) inauguraba este monumento en medio de opiniones críticas de parte de algunos ciudadanos que alegaban no encontrar justificación alguna para su construcción en Malabo, señalando que hubieran preferido que este espacio fuera empleado para homenajear a algún artista nacional que haya dejado un legado importante.
Después de esa ola de críticas, los responsables de la AEGLE hicieron una comparecencia ante los medios de comunicación, explicando los motivos de la obra. Desafortunadamente, con apenas dos meses desde su inauguración, algunos individuos discretamente han procedido a la destrucción de los postes, farolas y demás objetos de decoración que rodean el monumento.
Ayer viernes, 28 de junio un equipo de esta Redacción recorrió los alrededores de este monumento y pudo observar que los 8 postes que lo rodean estaban derribados, y algunas de sus farolas rotas y esparcidas por el suelo. El letrero colocado en el momento de la inauguración también está destrozado. Este acto ha sido condenado por algunos ciudadanos que coincidieron en el lugar con el equipo de AhoraEG. «Es lamentable, soy uno de los que no están a favor de este monumento, pero ya está hecho y no es necesario que se destroce», dijo un viandante. «Bueno, antes de la estatua esta rotonda estaba un poco aburrida, pero con estos caballos grandes ya es agradable a la vista. Fuera de lo que significa y representa el monumento en sí», comentaba el otro.
Durante la inauguración, el Presidente de la AEGLE, Agustín Nze Nfumu dijo: «nosotros, los ecuatoguineanos somos como este Quijote que lucha por lo imposible, por seguir adelante a pesar de las limitaciones». Sin embargo, si los actos vandálicos continúan a este ritmo la pregunta que nos hecemos es: ¿Podrá «El Quijote Bantú» seguir luchando por existir en Malabo?
Las autoridades locales aún no han emitido una declaración oficial respecto a estos actos vandálicos ni han anunciado medidas específicas para proteger el monumento. Mientras tanto, el Quijote Bantú de Malabo sigue expuesto.
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