Entrevista a Lucia-Asué Mbomio Rubio: Periodista y Escritora afrodescendiente

Creamos un espacio abierto para dar visibilidad al pensamiento de las mujeres y valorar su talento. Este mes en nuestra sección Modelo de Mujer hablamos con Lucia-Asué Mbomío Rubio, una afrodescendiente que lleva trabajando más de quince años en el mundo de los medios de comunicación en España.

Entrevista a Lucia-Asué Mbomio Rubio: Periodista y Escritora afrodescendiente

Dice la filósofa Victoria Camps que el XXI es, sin duda, el siglo de las mujeres. Aunque son muchas las batallas ganadas en la guerra por la igualdad real en todos los ámbitos de la vida, aún queda por delante una larga contienda para romper el techo de cristal y para equiparar salarios y derechos en todos los países del mundo.

Lucía-Asué Mbomio Rubio, es una persona que antes de ser consiente de ser mujer, su implicación en la sociedad y los obstáculos que con ella, lo fue de lo que significaba ser una persona negra en un mundo de blancos.

Hablamos de ti ¿Cuál es tu formación y en qué trabajas actualmente?

Trabajo como reportera desde hace un lustro en un programa de TVE1 llamado “Aquí la Tierra” y tengo una columna semanal en el periódico El País a la que titulé “Barrionalismos”. En ella hablo sobre la realidad de las periferias de Madrid. Aparte, colaboro en otros medios escritos como Píkara, Afroféminas o Mundo Negro, donde también soy columnista. En 2017, salió mi primer libro, “Las que se atrevieron”, y en 2019, participé en una obra que aunaba los relatos de catorce escritoras, “Tranquilas. Historias para ir solas de noche” y publicaron mi segundo libro “Hija del Camino”.

En cuanto a mis estudios, cursé periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, luego hice un máster de Ayuda Internacional y Desarrollo en la misma universidad, otro de adaptación pedagógica para poder ser profesora de instituto y más tarde, completé una diplomatura de Guión y Dirección de Documentales en el Instituto de Cine de Madrid.

Hay algo que no sabe mucha gente y es que, además de lo anterior, también estudié solfeo y piano de pequeña. Toqué durante ocho años el piano pero, por desgracia, perdí la costumbre de tocar y ahora soy bastante torpe, especialmente con la mano izquierda. Sin embargo, leo cualquier partitura a la perfección. En total, pasé doce años en una escuela de música.

¿Cómo ha sido tu vida como mujer en la sociedad? ¿Qué retos has tenido?

Antes que ser consciente de lo que implicaba ser mujer, lo fui de lo que significaba ser leída como una persona negra en España, un país de mayoría blanca. El punto de partida es sentir que tienes que demostrar más, desde que eres pequeña, para que te consideren igual que el resto. Eso no es justo, con todo,  supongo que sirvió para forjar mi carácter y provocó que fuera bastante estudiosa. Más adelante, le sumé la arista relativa al género y sus consecuencias directas. En el plano laboral, debo decir que aquí no hay muchas mujeres mayores de cuarenta y pico años haciendo imagen en programas de televisión ni poco normativas desde un punto de vista físico. Mi reto es denunciar y trabajar para que eso cambie, ya que en el caso de los hombres, no importa ni su peso ni su cantidad de pelo ni su edad, únicamente su capacidad para comunicarse y su ingenio.

¿Hasta ahora cuáles han sido tus proyectos?

Un montón. Casi todos ligados a mi oficio. Me gusta contar historias y trato de hacerlo no solo en el horario de oficina sino también en mi tiempo libre. En demasiadas ocasiones, siento que en lugar de vacaciones, me voy de “trabajaciones”, porque me paso grabando todo el día, haciendo entrevistas a la gente que voy conociendo y, de paso, aprendiendo de lo que me cuentan.

Quizá, los últimos proyectos personales que más valoro son mis libros, mi canal de YouTube “Nadie nos ha dado vela en este entierro”, en el que entrevisto a gente africana y afrodescendiente sobre su proceso de construcción identitaria y un par de documentales que grabé con el móvil, para demostrar que la falta de medios no debe ser un problema cuando queremos crear. Uno de ellos, “Estás en tu casa”,  lo hice en San Basilio de Palenque, primer pueblo libre de América, fundado por personas esclavizadas que se escaparon y crearon espacios de autogestión negros.  Fui para allá con el artista ecuatoguineano Gorsy Edú, quien aparece para contar su experiencia en aquel lugar y, al tiempo, explicar cuánto queda del continente africano en las costumbres, cultura, cosmogonía e inclusa lengua de aquel pueblecito colombiano. El segundo vídeo, “Tufo de Mafalala”,  versa sobre un proyecto que pone en valor uno de los barrios humildes de Maputo (Mozambique) gracias a una asociación de jóvenes locales que ha decidido apostar por el turismo.

Y para concluir, llevo ya algunos años denunciando, a través de charlas y artículos varios, cómo los medios de comunicación, las películas o la publicidad en España representan de forma poco fidedigna a las personas africanas y afrodescendientes, estigmatizándonos o reestigmatizándonos.

¿Cuál es tu actitud ante un proyecto que no florece como lo esperabas?

Como inicio varios proyectos al año, no me da tiempo a sentirme mal. Por otro lado, si algo no sale bien, trato de quedarme con lo que he aprendido. Debo decir que tengo bastante tolerancia a la frustración.

¿Quién es tu inspiración?

Más bien quiénes son. Dentro de mi profesión, Esther Nguema, Desirée Ndjambo o Francine Gálvez. Todas son periodistas, por tanto, me sirvieron de referente no solo por su calidad profesional, que también, sino debido a que han demostrado que es posible trabajar en televisión pese a no ser blancas.

Sin embargo, cada vez más, trato de incluir entre mis referentes a personas que  no necesariamente tienen por qué haber pasado por la universidad o tener trabajos asociados tradicionalmente con el éxito. Éxito, a mi modo de ver, es cumplir sueños sin dañar a nadie, caminar sin miedo, apoyar a otras personas, criar a una familia, mantener amistades desde hace años… de modo que aquí podría caber mucha gente.

¿Cuál es tu mayor valor como mujer y qué te gustaría trasmitir a otras mujeres?

Soy trabajadora, tremendamente inquieta, bastante libre y suelo tener muchas ideas, algunas buenas. No busco dinero sino felicidad, satisfacción laboral y sentir que cada día sé un poquito más y que, no obstante, continúo sabiendo poco, de modo que me queda mucho por aprender. Amo mi trabajo y no necesito a un hombre a mi lado para ser feliz o sentirme completa. Cuando acabo algo, ya estoy pensando en qué actividad llevaré a cabo después. Por otro lado, no tengo miedo a comenzar de cero, puesto que confío en mi experiencia previa (llevo quince años trabajando en televisión) y no se me caen los anillos, dado que nunca llevo.

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