La Nueva Reglamentación de Cambios del BEAC, catalizadora de la atrofia económica de la CEMAC

Por Leoncio Amada NZE,

Presidente de APEX Industries SA y Presidente Ejecutivo de la Cámara Africana de Energía en la Zona CEMAC

La crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia del Covid-19 ha devastado durante dos largos años los sistemas productivos, económicos y financieros de todo el planeta; muchas empresas quebraron, millones de personas perdieron su empleo, economías entraron en recesión y depresión, pequeñas y medianas empresas tuvieron que cerrar sus puertas, y los sueños e ideas de negocios muchos hombres y mujeres con talento se desvanecieron sin materializarse.

En este contexto, la zona CEMAC es una de las más afectadas de todo el continente africano debido a su limitada integración y diversificación económica. Sus seis países: Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón, Chad, República Centroafricana y República del Congo comparten una economía dominada mayoritariamente por los hidrocarburos, que representan el 80% de los ingresos por exportaciones y el 75% de sus ingresos fiscales según el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

La caída de la demanda externa, del comercio y de la actividad económica, junto con las restricciones de sus principales socios comerciales (China y Europa Occidental) y el endurecimiento de las condiciones de financiación pesan sobre economías ya frágiles, que padecen sistemas sanitarios inadecuados, así como serios desafíos a un desarrollo económico ordenado y sostenible.

De los seis estados miembros, solo Camerún es importador neto de petróleo. Sin embargo, Chad, Congo-Brazzaville, Guinea Ecuatorial y Gabón dependen más del petróleo que Camerún, que representó alrededor del 68 % del PIB nominal de la CEMAC en 2021.

De hecho, la tímida recuperación de las economías de la CEMAC iniciada en 2017 tras el anterior shock del precio del petróleo se ha visto frenada por la recesión mundial, desencadenada por las medidas de contención de la pandemia. Se prevé un fuerte deterioro del déficit presupuestario y comercial de la región.

Durante décadas, los gobiernos de los países de la CEMAC han estado hablando de programas de diversificación económica que no han conocido el éxito que todos esperábamos. ¿La razón? Se han preparado en papel excelentes planes y programas de diversificación económica, pero el desarrollo del sector privado no ha seguido el mismo ritmo.

De hecho, el desarrollo de un sector privado robusto y vibrante con acceso a financiamiento, y que opere dentro de un ecosistema económico donde el estado de derecho garantiza la santidad de los contratos y protege a los inversionistas, es algo que la región de la CEMAC no acaba de consolidar.

No se puede hablar de diversificación y crecimiento económico en ausencia de un tejido empresarial nacional o regional fuerte que genere empleo y oportunidades de negocio para nacionales y extranjeros.

En definitiva, el sector privado debe tener el peso que se merece y debe ser la locomotora en el diseño y articulación de cualquier programa macroeconómico en el mediano y largo plazo para que tenga unas mínimas garantías de prosperar.

A pesar de todas las dificultades provocadas por el Covid-19, la subregión de la CEMAC debe usar su sector de hidrocarburos como catalizador para construir un tejido empresarial regional vibrante y sólido a través de la implementación de políticas coherentes de contenido local y regional que sean efectivas, responsables y consistentes con la transformación, fortalecimiento y diversificación de la actividad económica de todo el bloque.

Sin embargo, observamos con gran preocupación la dinámica en el área de la CEMAC, donde continúa la implementación de políticas económicas, monetarias y fiscales contraproducentes propias de la era pre-pandemia del COVID19. Regulaciones que solo acentúan la dependencia de la actividad económica en el sector del petróleo y el gas y que de manera transversal impiden que los recursos financieros obtenidos de las industrias extractivas sean reinvertidos en otros sectores económicos también o asimismo prometedores y posiblemente rentables.

Políticas que, de mantenerse, exacerbarán aún más la ya difícil y deteriorada situación económica en la zona.

En la subregión de la CEMAC se siguen implementando políticas fiscales agresivas en tiempos de crisis, lo que se traduce en una disminución de las inversiones en exploración petrolera, cancelación de proyectos, etc.

La fuga de capitales del área de la CEMAC por métodos ilícitos, el lavado de activos y otras actividades económicas ilícitas son actos que las autoridades monetarias regionales y nacionales deben perseguir y combatir; apoyamos esos esfuerzos. Pero esta labor no debe hacerse en detrimento de la legítima actividad económica generadora de empleo y riqueza nacional como pretender hacer las autoridades monetarias de la zona.

El 1 de marzo de 2019, el Banco de los Estados del África Central (BEAC) adoptó un nuevo Reglamento de Cambios. Estos estados miembros, Gabón, Camerún, la República del Congo, Guinea Ecuatorial, la República Centroafricana y Chad), esencialmente ordenaron a su Banco Central (BEAC) restringir los pagos en moneda extranjera por parte de personas y empresas en estos países miembros.

Cualquier transacción superior a 1 millón XAF (aproximadamente USD 1700) por mes y por entidad o persona ahora atrae significativamente más burocracia y, en consecuencia, lleva tiempos de varias semanas. Los pequeños y medianos contratistas de servicios en los sectores de infraestructura energética y de petróleo y gas ahora están condenados a buscar la documentación de calificación y la aprobación de los burócratas del gobierno y del banco central que muy a menudo hacen uso de sus poderes discrecionales para ralentizar o rechazar de manera injustificable transacciones del día a día de los actores económicos; lo que ha generado la pérdida de oportunidades de negocio para muchos y cientos de miles de puestos de trabajo. destrozados

La desastrosa regulación exige de las empresas y las personas físicas ahora también que tengan que recibir una autorización del BEAC antes de abrir una cuenta fuera de la región. Esto vuelve a poner a las empresas de la región a merced del Banco Central y de los burócratas del gobierno que tienen plena discreción para decidir si aceptan o rechazan una solicitud de cuenta extranjera. Hay muchas razones viables para que las empresas tengan cuentas en el extranjero, incluida la facilidad de los negocios, la facilidad de los pagos, la eficiencia fiscal y la reducción de los costos de transacciones. Las empresas locales de la áfrica central, como los proveedores de productos químicos utilizados en la industria petrolera en Malabo, o los contratistas de EPC en Douala, estarán claramente en desventaja en comparación con los competidores extranjeros que podrán suministrar los mismos bienes y servicios desde sus bases operativas en el extranjero, evitando así costos adicionales y burocracia innecesaria.

Además de las comisiones que los actores económicos ya están pagando a los bancos comerciales al realizar transacciones, el Banco Central también anunció que impondrá un impuesto adicional del 0,5% a todas las transferencias electrónicas que se realicen fuera de la zona CEMAC. Las consecuencias sobre el desarrollo del contenido local son devastadoras.

El reglamento exige que los ingresos de las exportaciones de FCFA 5 millones o más sean repatriados dentro de los 150 días a partir de la fecha de exportación. Si bien la Cámara Africana de Energía comprende el deseo de repatriar dichos ingresos de exportación, tenemos la certeza de que muchas empresas tratan de evitar poner los ingresos de sus exportaciones bajo este régimen cambiario asfixiante.

La Cámara Africana de Energía comprende el deseo del gobierno de proteger sus menguantes reservas de divisas, en respuesta a la reducción de los ingresos del petróleo y el gas desde la caída del precio del petróleo de 2014 y la reciente caída provocada por Covid19. Sin embargo, creemos que el nuevo Reglamento Cambiario es la respuesta equivocada; es un desencadenante de más burocracia, corrupción y es el principal impedimento para la atracción de inversión extranjera en la zona CEMAC en la actualidad.

Es probable que el resultado sea similar. Las empresas locales que operan en el sector del petróleo y el gas, por ejemplo, que está dominado por el dólar, estarán innecesariamente expuestas a las fluctuaciones de la moneda, lo que consumirá los márgenes de beneficio y conducirá a una baja competitividad frente a las empresas extranjeras; los proveedores locales en el sector de petróleo y gas del Congo o Gabón que obtienen productos del exterior ya no pueden competir con empresas extranjeras bajo esta nueva regulación.

La lucha por empleos dignos y bien remunerados en el sector energético africano está en el centro de lo que representa la Cámara Africana de la Energía. Creemos que la energía asequible y segura es un ingrediente importante para el desarrollo de nuestro continente. Por lo tanto, el sector energético está a la vanguardia del desarrollo de África, y sus trabajos deben ser sacrosantos para cualquier gobierno bien intencionado. En muchos países africanos, la industria energética no solo es responsable del suministro de la energía más importante necesaria para impulsar el desarrollo del país, sino también de una gran parte de los ingresos de los gobiernos. En África Central, esto es más del 60% en promedio, aumentando al 90% en países como Gabón. Por lo tanto, tales políticas con efectos adversos para la industria del petróleo y el gas son incomprensibles, especialmente considerando los esfuerzos recientes para crear contenido local y empoderar a los empresarios locales.

Las restricciones han dejado que la inversión extranjera huya de África central. El acceso a la financiación extranjera para las empresas locales, que ya era un desafío, ahora parece insuperable. Los bancos extranjeros, los fondos de cobertura y otros proveedores tradicionales y no tradicionales de capital y deuda no someterán sus inversiones a tales restricciones. Las empresas extranjeras con sedes en el extranjero seguirán aumentando su posición para atender a la industria desde el exterior, en detrimento de las empresas locales y los puestos de trabajo locales en el sector.

La nueva regulación cambiaria del BEAC está causando un daño considerable al sector petrolero y está destruyendo el incipiente sector privado local y regional en la industria petrolera de la CEMAC, sector del que depende la subregión en un 80% de su PIB; es un golpe al atractivo de la región CEMAC para la Inversión Extranjera Directa (IED), ya que impide significativamente el libre flujo de capitales y la repatriación de utilidades.

Además, también niega a las empresas locales de los países de la subregión la posibilidad de competir en igualdad de condiciones con las empresas de servicios occidentales en el sector petrolero. Las grandes fábricas y proveedores de toda la maquinaria y materiales que utiliza la industria petrolera en la zona CEMAC no son de fabricación local; si una empresa local no puede pagar a su proveedor en los plazos acordados debido a las trabas y bloqueos generados por el Reglamento Forex del BEAC, inexorablemente perderá los contratos que laboriosamente ha podido obtener con las grandes petroleras que operan en nuestra zona económica, lo que se traducirá en el cierre de la empresa local, despido de empleados y, en definitiva, menor generación de riqueza nacional.

Es importante que las decisiones económicas que se adopten en la CEMAC atiendan en primer lugar a los intereses económicos de sus estados miembros antes que a cualquier otra consideración. No debemos ser reaccionarios ante la crisis, debemos ser analíticos y estratégicos. No debemos priorizar las opiniones y recomendaciones de foráneos con los que competimos en el ámbito internacional, sino priorizar las necesidades reales de nuestras economías y tejido empresarial.

No es el Sr. Paul Jones de Londres que viene a invertir en el sector energético africano el que quiere destruir el contenido local, sino aquel Sr. Mboma, Director Gerente de un banco africano que no apoya al sector privado nacional a través de la financiación de proyectos viables.

No es el Sr. Yamamoto de Tokio quien viene a traer la tecnología de punta para la licuefacción de gas natural en un país africano quien quiere destruir el contenido local, sino la institución pública que no quiere o no sabe implementar su propio reglamento sobre la materia.

No es el señor Steven de Houston el que llega a un país africano como Director Gerente de una gran petrolera quien quiere destruir el contenido local, sino el africano que ocupa el puesto de Supply Chain Manager en dicha petrolera y que prefiere favorecer a empresas de servicios extranjeras en detrimento de las locales.

No es el señor Andrew de Alaska que viene a África como ingeniero de perforación de una plataforma offshore quien quiere destruir el contenido local en África Central, sino aquel Gobernador de un Banco Central cuyas políticas monetarias impiden el crecimiento y la internacionalización de nuestras empresas nacionales; políticas monetarias que a ultima instancia, generan pobreza y miseria en nuestro bloque económico.

El desarrollo de políticas de Contenido Local en el sector petrolero africano en general, y en el espacio CEMAC en particular,  es responsabilidad de todos los actores económicos (públicos y privados); es hora de que las autoridades económicas y monetarias de la zona levanten su bota asfixiante del cuello de las pequeñas y medianas empresas locales en pro del florecimiento económico de nuestras naciones y por un futuro mas brillante en el que  los jóvenes africanos de la CEMAC puedan soñar con ser los Elon Musk, los Dangotes y los Bill Gates del mañana en un entorno económico que les permita llegar a su máximo potencial.

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