San Valentín: así funciona el amor según la ciencia

El corazón y el sentido común, la eterna lucha. Ahora la ciencia da respuestas a cómo funciona el amor y qué sucede en nuestro cerebro cuando estamos enamorados.

 

Cuando nos gusta alguien el ritmo cardíaco se acelera, eso es una verdad universal, es por esto por lo que durante siglos se ha creído que en ese músculo era donde residía el amor, pero no. Hace ya bastante se sabe que estar enamorados segrega una serie de sustancias y transforma el cerebro.

Al amor siempre se le ha denominado como un sentimiento, una emoción, pero quizás estábamos muy equivocados… Ahora la ciencia nos dice que el amor no está en el corazón sino unos centímetros más arriba y sobre nuestros hombros: en el cerebro. Y quizás no sea una emoción que provoca sentimientos, sino que el amor es una motivación.

Según la psicología, la ciencia que estudia los procesos mentales, los comportamientos y demás, hay dos tipo de emociones:

  1. Los estados de la mente que provocan sentimientos.
  2. Las motivaciones que son el sistema que usa el cerebro para lograr un objetivo y satisfacer una necesidad.

Bajo esta premisa, el amor podría considerarse una motivación que durante siglos de evolución humana se desarrolló en nuestro cerebro en forma de necesidad por encontrar acompañante para la vida y procrear para perpetuar la especie humana.

La vida es una constante evolución, y nuestro cerebro se desarrolla de una forma u otra en función de lo que vivamos y experimentemos a lo largo de los años. Es por esto que a día de hoy la reproducción por mera supervivencia ya no tiene sentido, hace años que no lo tiene.

Pero hay algo que sigue muy latente y es al necesidad de relacionarnos y encontrar pareja, así como mantener relaciones sexuales. Las hormonas y otros neurotransmisores siguen muy activos, aunque la especie humana haya avanzado y evolucionado, no podemos negarlo.

Fueron felices y comieron perdices

El cuento que nos han contado toda la vida y en el que siempre había un protagonista y era el amor. Estar enamorados es una de las mejores sensa… oh vaya, hemos dicho que el amor es una motivación. Volvamos al hilo.

En ese sistema de motivaciones que es el amor y que impulsa el sistema de recompensas. Ese área del cerebro se conoce como área tegmental ventral derecha y es ahí donde donde se localiza la región de las células de dopamina A10.

La dopamina es lo que abunda en las primeras fases del enamoramiento, o amor romántico, pero tiene cierto efecto adictivo que provoca síndrome de abstinencia cuando falta. Y falta cuando no somos correspondidos, cuando nos fallan, cuando nuestras expectativas no se cumplen, cuando nos rompen el corazón, son infieles, etc. De ahí que nos sintamos tan mal, y lloremos y estemos tristes y deprimidos.

¿Por qué dicen que el amor nos atonta?
Pues porque cuando se activa el sistema de recompensa, se «desactiva» el de toma de decisiones que se encuentra en la corteza prefrontal.

El estudio publicado por la National Center for Biotechnology Information dice lo siguiente: «El amor romántico comienza cuando un individuo comienza a considerar a otro como especial y único. El amante luego enfoca su atención en el amado, engrandeciendo los rasgos dignos del amado y pasando por alto o minimizando sus defectos.»

El deseo sexual también está en auge en la etapa del enamoramiento o amor romántico, es decir la parte más intensa y bonita del amor. La atracción sexual activa la producción de testosterona, pero esa hormona existe tanto en hombres como en mujeres, y en ambos sexos tiene un papel imprescindible que es la excitación.

Tras esa fase de amor loco, enamoramiento total y ceguera, llega el apego. Es una etapa más calmada, pero sigue produciendo dopamina y oxitocina. Esta última es muy conocida, ya que es la encargada de provocar las contracciones en el parto y es la que produce los orgasmos.

Al igual que la testosterona, la oxitocina está en ambos sexos y se le conoce como al hormona de los abrazos, ¿por qué? Porque está relacionada con los sentimientos y la creación de vínculos afectivos con otras personas y animales.

¿El chocolate sustituye al amor?
Si nos dan a elegir entre una cita romántica y una tableta de nuestro chocolate favorito, ¿qué peli quieres que veamos en Netflix?

A ver, sustituir… no sustituye, lo que pasa que el chocolate hace que nuestro cerebro segregue teobromina que en términos generales es similar a la dopamina.

El amor se puede iniciar de mil formas diferentes, desde empezar por un enfado, por admiración, por deseo, por atracción sexual, por amistad, por lo que queramos. Pero siempre ha de ser algo sano, nada de relaciones tóxicas.

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