Cómo romper digitalmente con tu ex

A veces, esta puede llegar a convertirse en la parte más complicada de una ruptura.

 

Según todos los expertos en psicología, tras una ruptura se tiene que pasar un periodo de duelo. Este periodo, similar al que se produce tras la muerte de una persona, nos sirve para sanarnos y volver a ponernos en pie.

Ese periodo tiene sus etapas y sus hitos: coincidir con nuestro ex en una fiesta, verle en una aplicación de ligar o sentir escalofríos cada vez que escuchamos en Spotify “nuestra canción”. Pero los nuevos tiempos y el hecho de que una buena parte de nuestras vidas ocurra online, ha hecho surgir toda una nueva serie de rituales y de posibles encuentros desagradables.

Nuestra ex pareja fue durante mucho tiempo una presencia constante en nuestras redes sociales, compartíamos todo tipo de contenidos, de cuentas en, por ejemplo, plataformas de streaming, nos escribíamos constantemente… Y de repente un buen día, todo eso termina, por lo que se hace necesaria también una “ruptura virtual” o digital, que en ocasiones es más compleja que la física. En este artículo veremos los principales retos a tener en cuenta y cómo afrontarlos.

Redes Sociales

Por si no te lo imaginabas, es muy posible que las redes sociales sean uno de tus principales dolores de cabeza a la hora de afrontar una ruptura. En ellas puedes rastrear tu historia y, además algunas de ellas se empeñarán en recordarte dónde estabas (y con quién) hace un año, dos o diez. Posiblemente no te apetezca mucho recordarlo.

También es posible que ver el nuevo contenido que tu ex pone en sus redes se convierta en una tortura. Para ello, lo mejor es que intentes no prestarle mucha atención, aunque es muy posible que al principio te cueste mucho.

Una opción inteligente, si hablamos de Instagram por ejemplo, es silenciar las publicaciones e historias de tu ex y comprometerte a no entrar en su perfil para verlas. Si esto no es suficiente y además tampoco te sientes muy cómodo pensando en que él o ella también estará viendo tu contenido, quizá es el momento de bloquearos.

En el caso de que la separación haya sido amistosa, quizá no es buena idea hacerlo por tu cuenta en un momento de desesperación y será positivo que habléis entre vosotros sobre el problema y el tema del bloqueo. Así nadie se sentirá ofendido.

Si decidís seguir como si nada, es fundamental mantener un poco la cabeza en su sitio y ser extremadamente respetuoso. No hacer comentarios sarcásticos en sus posts, ni mandarle mensajes desesperados a altas horas de la noche. Aunque quizá lo más importante es que no te conviertas en un investigador de las redes, chequeando quién da ‘Me gusta’ a las fotos de él o ella, qué nuevos amigos hace, etc. Será lo mejor para tu salud mental.

Contraseñas

No tardes mucho en cambiar tus contraseñas tras una ruptura. A veces, tenemos las mismas contraseñas durante años y estas pueden ser utilizadas por algún ex desesperado para espiarnos. También para ver Netflix o cualquier otra plataforma de streaming que estemos pagando sin nuestra autorización.

A pesar de que no pienses que tu expareja pueda llegar a esos extremos, la desesperación puede hacer que las personas más razonables se vuelvan locas momentáneamente. Impedir ese tipo de comportamientos resultará positivo para la buena marcha de vuestra posible relación en el futuro ya como personas independientes.

Contenido suyo en tus dispositivos

Es muy posible que en tu portátil tengas una carpeta con fotos suyas o un antiguo proyecto con el que le ayudaste una vez. Si sabes que eso no va a hacer que se pierda algo importante, bórralo o traspásalo a una ubicación a la que accedas de forma menos habitual.

Por otro lado, en el caso de que él o ella se vaya a quedar con un dispositivo que compartíais, quizá es buena idea borrar todos los datos del historial, contraseñas, etc. O, directamente, formatearlo.

Cuidado con los dispositivos instalados en tu casa

Precaución con las cámaras instaladas en casa, ya que en muchas ocasiones pueden consultarse de forma remota y si tu ex tiene la contraseña, podría estar enterándose de lo que pasa en tu casa en todo momento.

Otros dispositivos de seguridad también pueden ser utilizados para tareas de “espionaje”. Así que ocúpate de impedir que todo eso ocurra cambiando las contraseñas de acceso y simplemente desinstalándolos.

Atención a los software espía
En los últimos años ha habido un incremento espectacular del uso de software espía. Se trata de programas que llegan a nosotros en forma de SMS, correos electrónicos, etc., y que se instalan en nuestro dispositivo para controlar nuestras acciones, escuchar nuestras conversaciones, leer nuestros mensajes, etc.

En ocasiones no resulta fácil detectarlos, con lo que desconfía si tu teléfono se recalienta de repente, consume muchos más datos de lo habitual o aparece alguna aplicación que no recuerdas haber instalado voluntariamente.

En el caso de que tengas dudas, quizá te puede ayudar un antivirus, aunque la solución más drástica es hacerte con otro dispositivo y hablar con la policía.

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