Boca sana durante el embarazo, garantía de salud para mamá y bebé

Una infección en la boca durante el embarazo arriesga la salud de la mujer y del bebé gestante

La boca de una mujer embarazada también se transforma, al igual que todo su cuerpo durante la gestación y precisa unos cuidados específicos para mantenerla sana, ya que es una puerta de entrada directa al aparato digestivo para todo tipo de bacterias, que pueden afectar también a la salud del bebé gestante. “la formación de nuevos tejidos crea multitud de vasos sanguíneos, aumenta la presión arterial para que esa sangre materna llegue a cada rincón del nuevo ser y las encías y mucosas tienen mucha más tendencia al sangrado y a las infecciones. La tan necesaria actividad de los estrógenos y progesterona es la culpable de que las encías estén más inflamadas y de activar receptores neuronales que aumentan el dolor y molestias en la boca, las migrañas o que provocan también la reducción de la saliva, el aumento de la movilidad dentaria y el granuloma del embarazo (tumoración en la encía). Todo ello desaparecerá cuando la gestación termine”, explica, Bárbara García-Amado, odontóloga.

La boca de la mujer embarazada es muy sensible a factores externos y determinados hábitos que empeoran su salud bucodental, pero entre ellos, como se solía pensar, no se encuentra el hecho de que el bebé gestante absorba el calcio de la mujer embarazada. Lo que sí es un riesgo son “los vómitos, el descuido en la higiene de la boca, los cambios de los hábitos dietéticos, el miedo a acudir al dentista para no recibir tratamiento que pudiera ser perjudicial y la falta de sueño, que empeoraría el bruxismo (rechinar de los dientes involuntario)”, aclara la odontóloga.

Pero, ¿hasta qué punto influye en el bebé gestante la salud bucodental de su madre? Más de lo que pudiera parecer, porque “padecer cualquier enfermedad oral de tipo infeccioso, como la gingivitis o un absceso dental durante el embarazo puede poner en riesgo la salud general de la mujer y en consecuencia la del feto. Además, ello conllevaría una terapia para resolver el problema, como radiografías, anestesia, antibióticos o antiinflamatorios, que podría tener más efectos secundarios que fuera del embarazo. Hay estudios que relacionan la periodontitis activa (enfermedad de la encía que afecta al hueso que sujeta al diente) durante el embarazo con aparición de diabetes gestacional, parto prematuro, bajo peso en el neonato, así como preeclampsia (aumento de la tensión arterial). Incluso, ciertos microorganismos comunes de la cavidad oral se relacionan con enfermedades cardiovasculares y neuronales”, aclara, Bárbara García-Amado.

Pautas para disfrutar de una boca sana durante el embarazo

Cuidar la salud bucodental durante la gestación aporta beneficios tanto para la futura mamá como para su bebé. Algunos consejos para conseguirlo son:

  1. Evitar el tabaco y el alcohol, ya que son grandes enemigos de la boca.
  2. Revisión previa al embarazo y durante la gestación, así como una o dos limpiezas de boca. Si aparece sangrado de encías, se recomienda el uso de un antiséptico seguro y eficaz, como el compuesto por clorhexidina.
  3. Extremar la higiene bucal con dos o tres cepillados correctos al día y usar seda dental o cepillos interdentales. La limpieza se puede complementar con un colutorio de flúor y antimicrobiano.
  4. Alimentarse de manera sana y equilibrada a través de una ingesta correcta de vitaminas y minerales afecta a la correcta formación de los dientes del bebé gestante.

Una vez que nace el bebé conviene que la madre y el resto de personas que se encargan de sus cuidados tengan una salud bucodental adecuada que impida el contagio al recién nacido de enfermedades como las caries o la periodontitis. “Durante los primeros meses de vida del bebé, cuando su sistema inmunológico todavía no está desarrollado, conviene evitar los besos en la boca, compartir cuchara o introducir el chupete en la boca para limpiarlo cuando se cae. También es aconsejable que el bebé no acerque a su boca objetos contaminados o sucios”, explica la odontóloga, Bárbara García-Amado, que recomienda retrasar lo más posible la introducción del azúcar en la dieta y evitar que duerma con el biberón en la boca.

La higiene temprana de la boca del bebé es un hábito saludable que conviene comenzar a practicar a los 3 meses de edad. Se comienza masajeando las encías y lengua de manera suave con una gasa humedecida una vez al día. Cuando el bebé comienza a ingerir purés, la higiene oral se lleva a cabo con un cepillo de cerdas muy suaves o de silicona, sin pasta de dientes. Cuando crezcan los primeros dientes, conviene cepillar la boca más veces al día, hasta que el niño tenga sus 20 dientes de leche, con 2 ó 3 años y esté acostumbrado a cepillarse los dientes con la supervisión de un adulto, entre 2 y 3 veces al día.

Roturas de dientes en los niños

Cuando los niños comienzan a andar y hasta la adolescencia, tienen riesgo de caídas que provoquen golpes en la boca que tengan como consecuencia la rotura de dientes y fracturas en el maxilar. Como prevención, sobre todo si practican deportes como el rugby o el judo, se puede colocar un protector bucal compuesto de resina termoplástica.

En caso de rotura de una pieza dental del niño es aconsejable conservar el trozo o diente entero en leche desnatada, suero salino estéril, bebida isotónica o líquido de lentillas sin cepillarlo previamente y acudir antes de tres horas al dentista para su posible reposición. Cuando se producen estos accidentes, conviene acudir siempre al odontólogo.

 

 

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