COVID-19: El virus del pánico y la desinformación

La falta de información y la desinformación dan alas al miedo en general y, en este caso concreto, al coronavirus.

COVID-19: El virus del pánico y la desinformación

Muchas personas siguen sintiendo miedo, o incluso pánico, tras recibir información clara y rigurosa; por ejemplo, emitida por el Ministerio de Sanidad o de la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Por qué?

José Ramón Ubieto, profesor de los Estudios de Psicología de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), explica que el miedo “es un fenómeno muy antiguo. Cada vez que hay una epidemia o un atentado terrorista surge el miedo y la novedad respecto a otros momentos es la viralización a través de las redes sociales”

El aumento de la movilidad, es decir, lo que se conoce como globalización, y el tipo de discursos que se emplean para relatar las epidemias no contribuyen a calmar a la población. En esta situación, hay quien “puede agitar el miedo en beneficio propio; para cerrar fronteras con intereses comerciales o para frenar la inmigración, o bien para criminalizar a un colectivo al culparlo de terrorismo o de una epidemia”.

La cancelación del congreso Mobile en Barcelona, en un momento en el que todavía no se había registrado ningún brote como el de Italia en Europa, reveló el auge actual de dos fenómenos. Por un lado, la creciente judicialización de la vida, de modo que, según el psicólogo “cualquier situación puede acabar siendo susceptible de una acción judicial, lo que lleva a una reacción defensiva”. Por otra parte, las empresas se mueven impulsadas por el “miedo al daño de la imagen corporativa”.

La tecnología añade “un elemento nuevo: la desinformación”. Ubieto expone que un estudio realizado en 2018 sobre la objetividad de las informaciones emitidas a través de redes sociales reveló que “el 40% eran falsas”. Y una investigación más reciente mostró que “más de 13.000 entradas sobre coronavirus en las redes sociales eran falsas”.

Finalmente, para completar el caldo de cultivo que fomenta el miedo, la credibilidad de los líderes, especialmente de los políticos, no vive su mejor momento. Por eso, muchas veces se da más crédito a un mensaje anónimo de Whatsapp que a una declaración de las autoridades sanitarias.

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