«Cuando me dijeron que tenía SIDA me sentí aliviada, porque llevaba sufriendo cinco años»: Josefina Mbang Asumu Kawan

Josefina es una de las primeras pacientes que fueron diagnosticadas con el VIH-Sida en Guinea Ecuatorial, hoy cuenta su historia a los lectores de AhoraEG.

Con ocasión de la conmemoración del Día Mundial de VIH-SIDA, el 1 de diciembre,  hablamos con Josefina Mbang Asumu Kawan, una mujer de 69 años que vive con el SIDA desde hace más de dos décadas. Es madre y abuela, trabaja como consejera en la Unidad de Referencia de Enfermedades Infectocontagiosas (UREI), donde tienen los servicios de  testeo de VIH-Sida, suministros de medicamentos y  apoyo técnico y moral a los pacientes con esta enfermedad.

¿Cuéntanos cómo y cuándo la diagnostican el VIH-SIDA?

Debo decirte que vivía en Gabón, con mi difunto esposo (murió por el  Sida). Mi enfermedad fue muy difícil para mi familia y para mí encontrar un diagnóstico, lo que sí sabía es que tenía los mismos síntomas que mi marido. En aquella época no se hablaba del test del VIH-Sida en Guinea Ecuatorial. Durante cinco años estuve con malestares y los médicos no sabían exactamente lo que tenía; lo único que me decían es que tenía una enfermedad crónica, pero no sabían cuál era. Hasta que un día la doctora Clara Eyegue me llevó a la sede del PNUD,  en aquellos momentos los test del VIH-Sida se realizaban ahí.

¿En qué año aproximadamente comienza a tener malestares?

Creo que fue dos años después de tener a mi última hija, si no me equivoco, fue en 1998, y en el 2004 empecé a tomar los antirretrovirales.

¿Cómo se sintió al saber  que tenía el virus?

Debo señalar que a mí no dan la noticia directamente, sino que la doctora llamó a mi hermana y fue ella quien entre lágrimas me dijo “los resultados de los análisis han revelado que tienes el virus del VIH-Sida”. Sinceramente me sentí aliviada, feliz, y dije gracias a Dios; porque por fin sabía que si me iba a morir, mi familia y yo íbamos a saber cuál era la causa. Cuando me detectan que tengo Sida tenía 52 años y pesaba 14 kilogramos, porque pasé por una diarrea crónica y otros malestares que me dejaban débil. Si alguien me hubiera dicho que estaría hoy en día en vida no le creería.

¿Cómo se lo toma su familia?

Me brindaron su apoyo, recuerdo que hubo un momento en el que me quedé prácticamente paralítica y fueron ellos los que me ayudaban. Los médicos hablaron con ellos y les orientaron cómo deben cuidarme y al mismo tiempo cuidar de ellos.

¿Qué te llevó a decidir ser consejera en la UREI de Malabo?

Me acuerdo que fue un médico español quien me animó a formar parte de la UREI. Porque cuando me detectan la enfermedad y empiezo a ir a comprar los medicamentos (fue hasta hace algunos años que el gobierno decidió que los antirretrovirales se adquirieran de manera gratuita) y veía que acudía a mis consultas, seguía al pie de la letra las indicaciones que me daban; entonces me ofreció trabajar con ellos, porque quién mejor que yo para apoyar a otros enfermos, y aconsejarles. Estoy como consejera en la UREI desde el año 2004. Se fueron los médicos de la cooperación española y me quedé trabajando sin nombramiento, años más tarde, gracias a Francisco Pascual Obama Asue, que en esos momentos era ministro de Sanidad; obtuve mi nombramiento.

¿Es difícil vivir con el VIH-Sida?

Yo te voy a hablar desde mi propia experiencia. No es difícil vivir con la enfermedad cuando tienes amor propio. Puedes llevar una vida completamente normal, siempre y cuando sigas al pie de la letra las recomendaciones que te da el doctor.

Es verdad que te priva de muchas cosas, y debes tener mucho cuidado a la hora de utilizar algunos objetos cortantes, porque claro no vives solo/a vives con otra gente y eres tú quien debe estar atento en todo momento.

Por otro lado quiero aclarar que el Sida o el VIH no se contagia a través de un abrazo, o por haber comido en un mismo plato, ni mucho menos sentándose al lado de una persona infectada, no; el virus se contagia a través de las relaciones sexuales sin condón o al utilizar objetos cortantes o agujas de una persona enferma.

Actualmente eres las pocas personas valientes que reconoce que tiene Sida; ¿Qué le dirías a la gente que tiene la enfermedad pero no la aceptan y prefieren quedarse en su casa a esperar la muerte?

Les diría que el primer paso es asumirlo, no es fácil pero es lo que hay; lo segundo es que se acerquen a la UREI a coger los medicamentos que son totalmente gratuitos, te puedo asegurar que Guinea Ecuatorial es de los pocos países del mundo donde los antirretrovirales son totalmente gratuitos actualmente. Yo me acuerdo que cuando comencé a consumirlos pagaba 8000 francos por bote.  Y otra cosa es que ahí nadie te juzga, todo lo contrario, en la Unidad de Referencia de Enfermedades Infecto-contagiosas ofrecemos apoyo a todo el mundo.

¿Algún mensaje que le gustaría transmitir a la población?

Lo único que les digo es que unan las manos, porque a través de la unión podemos vencer esta enfermedad.

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