Casi cada año, llegan a las universidades rusas estudiantes procedentes de distintas partes del mundo, entre ellos ecuatoguineanos, que viajan para cursar estudios universitarios. Ya que la educación es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de cualquier sociedad.
Los estudiantes ecuatoguineanos que viajan al país euroasiático para entrar en las universidades, después de las primeras gestiones en Moscú, algunos se quedan en dicha ciudad capital mientras que otros se dirigen a otras ciudades conforme al destino, donde pasarán los próximos cinco o más años, dependiendo del tiempo de la carrera, o en caso de continuar los estudios después de obtener la licenciatura.
Siendo el periodo en que las universidades rusas otorgan títulos a los estudiantes de último año de carrera, este periódico ha mantenido una entrevista con los ecuatoguineanos finalistas para informarse de: cómo van con las tesinas, que dificultades tienen, cuando tienen las defensas de sus trabajos o si ya han defendido, etc.
Entre los entrevistados algunos ya tienen sus diplomas, mientras que otros de momento ya han defendido sus trabajos y están a la espera de la fecha de graduación para recibir sus títulos universitarios.
«No fue fácil, porque estudiar en una lengua extrajera no es fácil», afirma con certeza Fraterno Ndong, recién graduado en la carrera de Elaboración de Productos de la Industria Ligera, en la Universidad de Investigación Tecnológica de Kazán. Quien también, durante su carrera, se apuntó a una escuela profesional de construcción en la ciudad de Kazán, obteniendo título en Mantenimiento de Redes y Equipos Eléctricos.
«Para los que desean venir a estudiar aquí, les recomendaría que tengan mucha fuerza de voluntad. En la universidad, que traten de hacer todo a tiempo y que no dejen nada para el último momento, que sean disciplinados, muy insistentes con los profesores y que muestren interés», comenta Juan Carlos Edjang Obono, graduado en el año 2020 como licenciado en Ingeniería de Geodesia y Sondeos a Distancia y quien, actualmente, está sacando la maestría en Organización Territorial y Catastro, en la Universidad Técnica Estatal de Vorónezh.
Durante la entrevista, Carlos Edjang Obono ha matizado «es difícil estudiar en un idioma extranjero y eso me pasó factura, en los primeros años, había que traducir todo al español para entenderlo mejor. En los cursos siguientes fui teniendo más habilidad en el idioma y aun así, seguía traduciendo algunos textos. La etapa de la maestría ha sido muy positiva, ya dominaba el idioma, ya conocía a todos los profesores de mi facultad, conocía sus métodos de evaluación, por lo que, no he tenido que sufrir tanto como en la primera etapa».
Preguntado sobre cómo resumiría su trayectoria y convivencia estudiantil en el país euroasiático, Basilio Nzang Nzang Angué, ingeniero en Sistemas de Comunicaciones y Tecnología de Redes y, actualmente, finalista máster en Informática de Gestión Empresarial en la Universidad Estatal Técnica de Tambov, ha manifestado «mi trayectoria estudiantil ha sido de lo más placentera, al principio todo era complicado y difícil sobre todo en el primer año, pero después las cosas se volvieron más fáciles cuando entendí el sistema educativo de mi universidad.
En resumen, mi trayectoria estudiantil en Rusia ha sido algo agradable. Aunque, no descarto los obstáculos que han ido surgiendo en el transcurso de dicha trayectoria como el clima, el idioma, una nueva cultura, la llegada de la pandemia y los conflictos actuales entre Rusia y Ucrania que no están siendo nada agradables para nosotros los estudiantes, la inflación y los envíos de dinero desde el exterior».
En cuanto a la convivencia de los estudiantes Basilio Nzang Nzang alega, «la convivencia estudiantil en la residencia es buena entre los africanos, los estudiantes que comparten idioma o que proceden del mismo país, lo mismo que en la universidad. Cosa que no puedo afirmar que ocurra de manera apreciable entre nosotros los estudiantes extranjeros y los oriundos. La convivencia no siempre es positiva, pero en mi caso fue más que positiva porque supe adaptarme a las situaciones y mis compañeros siempre estaban ahí para brindarme ese apoyo que me hacía sentir como en casa». «La convivencia en la residencia era más interesante dado el hecho de que ahí conocí a muchísima gente de otros países y cada uno con su propia cultura. Debo decir que gracias a esta convivencia tengo una visión más amplia del mundo».
Para los estudiantes que están en primer curso de carrera, Basilio Nzang Nzang Angué ha comentado, «les diría que el clima es uno de los factores más amenazadores aquí, y como llevan mínimamente un año en el país esto es tiempo suficiente para saber más o menos que las condiciones climáticas serán repetitivas en cada año. Igualmente, les diría que aquí, hay tres cosas que ayudan a conseguir los objetivos: la paciencia, la constancia y el esfuerzo propio».
Rebeca Bengono Nguema Mañana, licenciada en Ciencias e Ingeniería de Materiales Industriales, en la Universidad Técnica Estatal Bauman de Moscú, sostiene que «estar lejos de casa es un gran desafío al que uno se acostumbra con el tiempo. Pero siempre con la certeza de que no hay sitio como estar en casa». Y en cuanto a la cuestión de cuáles han sido sus métodos para lograr el objetivo de graduarse, Bengono Nguema Mañana ha abogado «no creo que haya un método. Sino tener una ferviente convicción y sin olvidar por qué empezaste la carrera. No es secreto, que muchos, en algún momento quisimos abandonar por las dificultades sean del idioma o de las materias».
«Aconsejo a los estudiantes de primer curso de carrera, no desanimarse y que sean persistentes. Bien se sabe que el primer año de carrera en Rusia es más difícil por la comprensión del idioma. Y para aquellos que planean venir a Rusia a estudiar les daría un solo consejo, que tengan bien claro sus prioridades porque esas lo definirán todo», alega Sindulfo Acacio Abaga Obiang Mosogo, ingeniero en Sistemas de Comunicaciones y Tecnología de Redes, con un master en Ingeniería de Diseño y Tecnología de Medios Electrónicos, en la Universidad Técnica Estatal de Tambov.
«Unas de las grandes dificultades que la mayoría de los extranjeros pasan al llegar aquí como estudiantes, son las condiciones climatológicas que hay en este país y el aprendizaje del idioma ruso. Aunque se sabe que para unos serán más fáciles y para otros no, pero son las dos principales dificultades a mi parecer», indica Benjamín Panades Teruel, licenciado en Geofísica y finalista máster en la misma especialidad en la Universidad Estatal de Saratov.
«Lo que más me ha gustado durante mi trayectoria en mi licenciatura es algo que no sabría explicar, porque he vivido muchas experiencias tanto buenas como malas. Pero entre esas cosas he aprendido que la paciencia, la humildad, la obediencia y la perseverancia son grandes virtudes que en cualquier sociedad del mundo nos abren puertas, para alcanzar nuestros objetivos en cualquier sociedad del mundo. Claro, racismo hay en todas partes, pero es imposible que toda una población sea racista siempre habrá gente de buen corazón aunque muchas veces suelen ser la minoría. Lo más importante de entre todas las cosas que he aprendido es que no podemos lograr nada en esta vida si no tenemos a Dios, como el centro de nuestras vidas. Todo lo que logramos es gracias a Él», asegura Jose Maria Mba, licenciado en Sistemas y Tecnologías de Información, en la Universidad Estatal de Tecnología e Ingeniería de Vorónezh.
Abordando sobre el sistema educativo ruso, Lazaro Mba Ondo, licenciado en la Ingeniería de Petróleo y Gas, en la especialidad de Desarrollo y Explotación de los Campos de Petróleo en Tierra y Mar con Master en la Ingeniería de Geología de Petróleo y Gas, en la rama de Tecnologías Innovadoras en Prospección y Explotación de Petróleo y Gas, ha explicado «para mí el sistema educativo ruso como en cualquier otro país extranjero se basa en adaptarse a un nuevo entorno social. Además de que tendrás que relacionarte con distintas nacionalidades, ya que esto caracteriza mucho en la educación rusa. A este respecto, en la mayor parte de sus universidades estudian casi un 40% de extranjeros procedentes de distintos continentes, de hecho las habilidades cognitivas de los estudiantes es muy alto aquí en Rusia, por ejemplo en mi universidad RUDN, Universidad Rusa de Amistad de los Pueblos».
«Rusia es un país que no sólo le forma a uno a nivel educativo, sino en todos los aspectos; social, personal, económico etc., y los siete años que he podido estar aquí han sido una joya para mí, porque no sólo me he formado a nivel académico, sino en muchos ámbitos; social, cultural, económico. A pesar de las dificultades existentes para los estudiantes extranjeros, me he fortalecido bastante, y creo que con esa experiencia podré afrontar los retos venideros que de eso consiste la vida», matiza Francisco Javier, licenciado en Ingeniería de Petróleo y Gas en el año 2020, en la especialidad de Desarrollo y Explotación de los Campos de Petróleo en Tierra y Mar, y finalista master en Tecnologías de Transporte y Almacenamiento de Petróleo y sus Derivados, en RUDN.
Y como dijo una vez Nelson Mandela «la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo».
