Etiopía lanza la producción de electricidad de la presa del Nilo

La presa construida por Etiopía en el Nilo Azul comenzó este domingo a generar energía tras el encendido de la primera turbina, pese a que el proyecto cuenta con la firme oposición de Egipto y Sudán.

Después de más de diez años de trabajo y polémicas con Egipto y Sudán, Etiopía inauguró oficialmente este domingo la producción de electricidad de su gran presa del Renacimiento en el Nilo Azul.

Es «el nacimiento de una nueva era», indicó el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, mientras presidía el domingo el lanzamiento de la producción del Gerd («Gran Presa del Renacimiento Etíope»), un polémico proyecto multimillonario.

«Esta es una buena noticia para nuestro continente y para los países aguas abajo con los que aspiramos trabajar juntos», agregó en Twitter.

Acompañado por muchos de los principales funcionarios del país, Abiy Ahmed recorrió la planta de energía y accionó una serie de interruptores en una pantalla electrónica para iniciar la producción de la represa.

«Esta gran represa fue construida por los etíopes, pero en beneficio de todos los africanos, para que todos nuestros hermanos y hermanas de África puedan beneficiarse de ella», dijo un alto funcionario que asistió a la inauguración.

Cuando se lanzó el proyecto, se pidió a cada funcionario que contribuyera con un mes de salario para financiar la represa. Posteriormente, muchos préstamos gubernamentales también pusieron a prueba los ahorros de los etíopes.

«Nuestro país ha perdido mucho, especialmente financieramente, debido a los retrasos en las obras», dijo el director general del proyecto, Kifle Horo, en sus palabras de apertura.

A falta de cuentas oficiales precisas, el coste total del proyecto fue estimado por los expertos en 4.200 millones de dólares (3.700 millones de euros).

Afluentes del Nilo

El Gerd constituye, desde el lanzamiento del proyecto en 2011, una disputa con Sudán y Egipto, ambos afluentes del Nilo por sus recursos hídricos.

El Cairo invoca un «derecho histórico» sobre el río, garantizado desde un tratado firmado en 1929 entre Egipto y Sudán, entonces representado por el Reino Unido, potencia colonial. Egipto había obtenido un derecho de veto sobre la construcción de proyectos en el río.

En 1959, tras un acuerdo con Jartum sobre el reparto del agua, Egipto había asignado una cuota del 66 % del caudal anual del Nilo, frente al 22 % de Sudán.

Al no ser parte de estos acuerdos, Etiopía nunca se ha considerado obligada por ellos y, en 2010, un nuevo tratado firmado por los países de la cuenca del Nilo, que tiene su origen en Uganda, abolió el derecho de veto egipcio y autorizó proyectos de riego y represas hidroeléctricas. .

“Como ven, esta agua genera energía y luego continúa fluyendo como antes hacia Sudán y Egipto, contrariamente a los rumores de que los etíopes querían bloquear el agua para matarlos de hambre”, dijo Abiy Ahmed.

Aprehendido el verano pasado, la ONU había recomendado a los tres países continuar sus conversaciones bajo los auspicios de la Unión Africana (UA). El Cairo y Jartum, preocupados por su suministro de agua, habían pedido a Addis Abeba que dejara de llenar la presa.

No obstante, Etiopía había pasado en julio del 2021 a la segunda fase de llenado de la presa, anunciada como una de las mayores de África con un objetivo de producción inicial de 6.500 megavatios, revisado a la baja a 5.000 MW, es decir, el doble de la producción actual de Etiopía.

Según medios estatales etíopes, la producción inicial del Gerd ronda los 375 MW con la puesta en marcha de una primera turbina.

Ubicada en el Nilo Azul, a unos treinta kilómetros de la frontera con Sudán, la Gran Presa del Renacimiento tiene 1,8 kilómetros de largo y 145 metros de alto.

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