Ibrahim Traoré asume la Presidencia de Burkina Faso frente a la «amenaza existencial» de la violencia

Traoré se ha comprometido en su discurso de investidura a defender la Constitución y la carta de transición.

El capitán Ibrahim Traoré, cabecilla del golpe de Estado militar ocurrido en Burkina Faso el pasado 30 de septiembre, ha sido investido este viernes como nuevo «presidente de transición» del país en un cargo que ostentará, en principio, hasta las prometidas elecciones de julio de 2024, tiempo durante el cual ha prometido defender el país frente a la «amenaza existencial» del hambre y de la violencia.

Traoré se ha comprometido en su discurso de investidura a defender la Constitución y la carta de transición, así como a ejercer como garante de seguridad nacional y poner fin a meses tumultuosos en un país que ha sido escenario de dos asonadas en menos de un año, comenzando por la protagonizada en enero por Paul-Henri Sandaogo Damiba, depuesto a su vez por el capitán Traoré.

Traoré ha justificado una vez más su decisión este viernes al asegurar que se ha visto obligado a tomar las «riendas del destino del país» debido a que el terrorismo, a su entender, ya no se puede describir como una guerra convencional. «Tenemos enfrente a un Ejército», ha asegurado durante su discurso, recogido por el portal Infowakat.

«Podemos ganar esta batalla. Podemos ganar esta guerra. El enemigo no está por encima de nosotros. Patria o muerte, venceremos», ha asegurado Traoré, quien ha comparecido durante la ceremonia en la capital, Uagadugú, con su uniforme de combate, una boina roja y un pañuelo que le cubría la mayor parte del rostro.

Burkina Faso ha experimentado en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, con ataques obra tanto de la filial de Al Qaeda como la de Estado Islámico, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.

En esta situación, Traoré ha asegurado que el país se enfrenta a «una crisis humanitaria y de seguridad sin precedentes» y ha señalado como prioridad «la reconquista del territorio de manos de esas hordas» en un discurso pronunciado tras recibir el poder de manos del presidente en funciones del Consejo Constitucional de Burkina, Bouraima Cissé, quien a su vez ha aludido a la figura del asesinado líder revolucionario panafricano Thomas Sankara como guía de esta nueva etapa en el país.

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