Las autoridades militares marinas en colaboración con el delegado del gobierno, un representante del INDEFOR y dos del Programa de la Biodiversidad de Bioko han interceptado a un grupo de reptiles capturados en las playas de Ureka, cuyo destino podría haber sido la comercialización.
“Las tortugas revisten un carácter especial porque regulan el ecosistema”, ha matizado Francisco Mitogo, técnico del Programa de la Protección de la Biodiversidad de Bioko. “Recibimos una llamada del delegado de gobierno y hemos venido a ver las tortugas y liberarlas”.
Apoyados también por los residentes de Luba, los presentes bajaban las tortugas del coche policial y, una vez en la orilla les rociaban con el agua del mar mientras ellas caminaban hasta el mar.
Actualmente, las tortugas marinas son una especie protegida cuya caza se considera ilegal en cualquier país del mundo. De las siete especies que existen casi todas están clasificadas, por su clasificación como especies en peligro de extinción y esto se debe a las actividades humanas, la caza furtiva, la explotación y el cambio climático que afecta a las playas de anidación así como a los huevos de tortugas.