Explosiones del 7 de marzo: Las primeras horas de la catástrofe

Un año después se va a inaugurar el monumento construido en honor a las víctimas de esta tragedia.

Una tarde soleada, el pasado domingo 7 de marzo de 2021, varias familias de la isla de Bioko estaban frente a sus televisores viendo la catástrofe que estaba ocurriendo en la ciudad de Bata.

El reloj marcaba las doce del mediodía y los teléfonos no paraban de sonar esperando que los familiares de la capital económica de Guinea Ecuatorial  descolgaran dando alguna información sobre lo que estaba pasando y la situación de sus hermanos, tíos, nietos, sobrinos, etc.

La incertidumbre y el desconcierto era tan real que hacía que cada vez más incrementara la impotencia de no poder socorrer a las familias.

Cada vez eran más duras las imágenes que se podían ver por la televisión estatal: familias ensangrentadas corriendo con lo único que llevaban en el cuerpo sin rumbo, gente llorando desconsolada y buscando a sus hijos y familiares en aquel patio desierto por el siniestro.

Cuatro explosiones habían arrasado gran parte de la ciudad de Bata y se habían llevado muchos recuerdos, años de trabajo y  vidas humanas.

Felicísimo Leoncio Nzé, presentador de la televisión estatal, narra como fue la experiencia. Él capturó con su tableta los primeros minutos de las explosiones, la gente deambulando por toda la zona cercana al cuartel de Nkoantoma.

“En realidad no sé por dónde empezar” comienza la historia de su ensayo “Recuerdos del 7 M”.

“Recuerdo aquel estruendo que sacudió mi casa, y mira por dónde, sacudió toda la ciudad de Bata. Recuerdo con asombro aquella cortina de humo espesa y oscura que se divisaba a lo lejos e invitaba a todo tipo de opiniones”.

En su ensayo, el autor relata varias historias que pudo presenciar durante la catástrofe tales como una madre desconsolada llorando por sus hijos, varias personas desalojando sus hogares por miedo a otras posibles explosiones, una anciana con una bebé de apenas dos días de existencia y aquél señor que perdió a siete miembros de su familia, “tuvo que vivir algo que sin duda marcará  la ruta de su vida”.

Felicísimo Leoncio Nzé resalta también los días siguientes a las explosiones: los cadáveres que se encontraban bajo los escombros, el trabajo de los efectivos de seguridad y los bomberos, la labor de las autoridades del país, el funeral de Estado que se preparó en el estadio de Bata y toda la solidaridad que demostraron los ecuatoguineanos ante esta catástrofe.

365 días después la mente de todos vuelve a aquel domingo, en el que fueron víctimas un gran número de civiles cuyos nombres no se han completado y militares, “volvemos al lugar donde comenzó todo, ya no para remover escombros sino para presenciar la inauguración del monumento histórico que recordará a las generaciones futuras la catástrofe de las explosiones del 7 de marzo de 2021”.

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