La Brigada Judicial de la Gendarmería Nacional de Malabo tramitó ayer el traslado de Asunción Ebang a los órganos judiciales. La joven natural del municipio de Taguete, en el distrito de Evinayong, es acusada de cometer un supuesto delito de aborto.
El hecho fue denunciado por su pareja sentimental, Carlos Nzi, quien además reveló que su novia le avisó que abortaría para volver con el padre de su primer hijo. “Me llamó con el número de su hermana, avisándome de no volver a llamarla, que se iba a abortar y que ya se había vuelto con el padre de su primer hijo”.
Carlos Nzi asegura que, a pesar de sus esfuerzos en cuidar el embarazo, Asunción parecía estar decidida practicar el aborto, aceptando circunstancias para volver con el padre de su hijo. “El chico le dio la condición de que si llegase a aborta volverían a estar juntos”, destapó Nzi.
Asunción confesó haber consumido fármacos adquiridos en la farmacia de un ciudadano nigeriano, Ikechi, sin una previa receta médica, “no es normal, pero el error ya ha sido cometido”, asumió Ikechi. Asunción tomó dos comprimidos de forma oral e introdujo otros dos en la vagina, provocando la muerte a un feto de 6 meses.
“Ya me subía el dolor y quise regresar a la farmacia para explicarle, caí en la carretera pidiendo socorro hasta la gente se escapaba de mí, entré a un hotel donde había gente hasta que se soltó el feto”.
El feto de 6 meses fue recuperado del basurero por la Gendarmería donde su madre lo abandonó, envuelto en un plástico fue entregado a la familia para recibir la santa sepultura como ser humano.
La identidad de la supuesta expareja de Asunción no ha sido revelada, solo se sabe que es un sargento del cuerpo uniformado de la brigada judicial, quien también podría ser procesado por sus condicionantes crueles que le han costado la vida a un feto de 6 meses.