Dos años después de aquel fatídico 7 de marzo de 2021, en el que la población batense en particular y la de Guinea Ecuatorial en general lloró por las vidas de más de un centenar de personas fallecidas. La vida en la zona cero de las explosiones del Cuartel Militar de Intervención Rápida de Nkoantoma se ha vuelto muy difícil.
Ahí, la gente aún vive asustada con el miedo en el cuerpo, muchas familias no han tenido el valor de volver al lugar, prefirieron abandonar sus hogares o lo que quedaba de ellos y mudarse a otra parte. Otros, como Felipe, sí han tenido el coraje y han continuado, por decirlo de alguna manera, con su vida.
Felipe ha decidido reconstruir su casa, porque, como ha contado a los reporteros de tvge, no le quedaba de otra «yo no tenía otro lugar y tuve que regresar aquí porque ya había comprado mi porción de terreno». Según el entrevistado, actualmente es tarea difícil vivir en la zona cero de las explosiones por falta de luz y agua potable.
Mucha de la gente que ahí tenía sus negocios ha tenido que abandonarlos por miedo o tal vez por el shock que causó este acontecimiento tan triste.
Algunos vecinos de la zona han contado también que siguen viviendo con el miedo, «a veces cuando escuchamos un ruido fuerte nos asustamos. Solo la gente que estuvo aquí puede entenderlo».