Las explosiones en Bata el 7 de marzo de 2021 conmocionaron a todo el país. La detonación de explosivos en el cuartel militar de Nkoantoma arrasó las edificaciones en el entorno de la ciudad, provocó la muerte de centenares personas y dejó numerosos heridos.
Estas no fueron las únicas consecuencias de las explosiones ya que muchos siguen lidiandose con las secuelas. Cuando el país conmemora el segundo aniversario de este hecho, muchos tienen cosas más que contar, a este respecto www.AhoraEG.com ha conocido a la señorita Estefanía Graciosa Eyang que hoy tiene 20 años y quien recibió un golpe en la cabeza del cual ha sido operada cuatro veces, se quedó con problemas de salud, además de múltiples cicatrices en su cuerpo.
Al hermanito de Estefanía le aplastó la pared cortándole la cabeza. «Los muros de la casa empezaron a derrumbarse; fuimos a mirar a mis hermanitos gemelos que se encontraban en el cuarto y a uno ya se le había cortado el cuello porque le aplastó la pared», nos explica. A su hermana, la entró una barrilla en el pecho hasta el estómago dejandola con severos problemas.
Sin embargo, milagrosamente, a la hermanita de tres meses, a quien abandonaron porque pensaban que también había fallecido fue encontrada bajo los escombros tres días después de las explosiones. «No sabemos cómo logró sobrevivir, solo Dios puede dar esa respuesta», dice, y pudo llenar una parte del vacío que ya tenían en sus corazones.
Estefanía, quien en 2021 tenía 18 años, ha revelado a este medio que siempre iba a llorar sola en el lugar de los hechos para luego regresar a casa sin que nadie de su familia se diera cuenta; pasar un tiempo donde está el monumento del 7M para recordar todo lo que vivió aquel domingo desde las 13h.
La joven que hoy tiene 20 años, «aunque sigo viva físicamente», tiene que lidiarse con malestares y enfermedades repentinas. Asegura que, si algún día le tocase casarse «la primera cosa que haría es contarle a la persona cuál es su vida para no ir a sorprenderle», asevera.