La iglesia Católica se pronuncia a raíz de las muertes extrañas y desapariciones de menores y piden justicia

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Guinea Ecuatorial muestran su indignación por el aumento de muertes y desapariciones de menores, y piden la intervención de las autoridades nacionales para perseguir y juzgar a los perpetradores de dichas atrocidades.

La iglesia Católica da la cara y se pronuncia a través de un Comunicado por la situación que se vive en el país sobre la desaparición de menores; unos encontrados muertos en situaciones misteriosas como la desaparición de la niña de 7 años hallada muerta en un pozo en la ciudad de Bata, la desaparición en condiciones extrañas de una menor en la ciudad de Micomiseng, entre otros atropellos, interpelan la sensibilidad y la conciencia de los pastores de la iglesia Católica.

«Los obispos denunciamos y rechazamos los recientes casos de muertes y desaparición de menores ocurridos. Estos actos de violencia no solo han arrebatado vidas inocentes, sino que también atentan contra la paz y la justicia de la nación», recoge el comunicado firmado por el monseñor Juan Domingo Beka Esono Ayang, presidente de la CEGE (Conferencia Episcopal de Guinea Ecuatorial). El obispo también ha insistido en el reforzamiento del cuidado de los menores, tarea que cae en manos de los padres, tutores, maestros y de las autoridades del país; todos están llamados a garantizar la seguridad de este colectivo.

«La protección de la vida sobre todo de los niños como seres indefensos e inocentes, es exigencia y tarea de todos y de cada uno de nosotros. Desde los padres pasando por los maestros, profesores, hasta llegar a las autoridades nacionales», insiste.

Los obispos católicos hacen un llamamiento al pueblo santo de Dios y a todos los hombres de buena voluntad, a una toma de conciencia colectiva en aras de denunciar convenientemente cualquier acto que viole, pisotee o banalice la imagen y semejanza de Dios. También han denunciado todo lo que viola la integridad de la persona humana como la mutilación, torturas corporales o mentales, todo lo que ofende a la dignidad humana, son lacras que afean a la civilización humana y están en contradicción con el honor debido al Creador.

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