«Antes de ser mujer, se es persona»: Sylvia Manuela Esidang Mangue Obiang

Feliz año nuevo 2022 a todos nuestros lectores. Iniciamos este año con Sylvia Manuela Esidang, quien respalda que el autorespeto es fundamental no solo como mujer, si no como persona, porque este hace que la sociedad te corresponda con el trato que te mereces.

Sylvia Manuela Esidang MANGUE OBIANG, hija de padres ecuatoguineanos y la mayor de cuatro hermanos; esposa y madre de tres hijos.

Está formada en el area de Gestión y Administración de los Recursos Humanos por la Universidad Católica de Perpetual Help, Manila, Filipinas. Actualmente está cursando un Master en Derecho Laboral, nominas, contratación y prestaciones de la Seguridad Social con el Instituto europeo de asesoría Fiscal (INEAF)

En el ámbito laboral, nuestra modelo de mujer trabaja en el area de su especialización como parte del equipo de Recursos Humanos de la Sociedad Nacional de Gas de Guinea Ecuatorial (SONAGAS GE). Actualmente es miembro de la Asamblea de Mujeres de Guinea Ecuatorial.

Cuéntanos un poco como ha transcurrido tu vida como mujer, desde la infancia hasta el momento.

Mis padres dejaron Guinea Ecuatorial siendo muy jóvenes y mucho antes de nacer yo, viajaron a España para continuar con sus estudios universitarios. Mi padre como economista, y mi madre como Ingeniera agrónomo. Fui criada por mis abuelos, tíos y tías, que desafortunadamente algunos ya no están con nosotros.

De mis padres y abuelos he tenido una imagen más cívica del ecuatoguineano, de lo que era anteriormente, servicial, gente llena de valor, laborando desde la empatía, gente henchida, llaneza y solidaria, hoy en día no puedo darle forma a esa imagen mental. Aunque he de reconocer que el acontecimiento del 7M, me hizo entender que siempre se encuentra una aguja en un pajar aunque sea difícil.

Mi infancia ha sido muy peculiar porque mi abuela, MANUELA ESIDANG, cuyo nombre llevo, fue para mí «la persona más mala del mundo»(jijijijiji), aunque claro, hoy en día, se lo agradezco enorme e infinitamente por la rigidez y disciplina que impuso en mí. Ella siempre repetía: debes aprender a hacer las cosas por ti, no esperes que ningún hombre te las haga por ser mujer, razón por la cual aprendí a hacer de todo en casa de mi abuelita. Recuerdo que justo por navidad había que pintar la casa y obviamente se tendría que buscar un pintor y pagarle, pero claro no había medios, mi abuela trajo un saco de cal viva, recuerdo que era un polvo blanco que se mezclaba con agua y listo, así que entre las dos nos pusimos a pintar la casa, bonito no sé si quedó pero habíamos puesto un color diferente a la casa.

Y desde entonces yo solita dentro de mis posibilidades aprendí a quitarme las castañas del fuego, aprendí a ir a mi ritmo, pero lo importante era tener clara la meta, aprendí a no esperar ningún héroe porque estaba en mí. Muchas veces afirmo y reafirmo, que me embrujó, no en el contexto literal, sino en el sentido figurativo de la palabra, jijijiji. Estamos en África y es bueno matizar ciertas cosas, para no llevar a interpretaciones fuera de lugar. Pero mi abuelita, me embrujó a su manera y gracias a ella me considero una mujer digna, llena de principios y muy orgullosa de la persona en la que me he convertido.

Recuerdo una anécdota con mi difunto abuelo el Dr. RAFAEL OBIANG NSOGO, cuando era más pequeña, unos 11 años. Después de la entrega de notas estando todos los nietos de aquel entonces reunidos en la casa, nos iba preguntando a cada uno qué queríamos ser de mayor, creo que quiso escuchar que alguno de nosotros dijera: yo quiero ser médico como tú abuelo, ya que al mencionarle cualquier profesión encontraba alguna objeción y lo descalifica, así que cuando llegó mi turno me dijo: Mamá, ¿y tú que quieres ser de mayor?, le dije Azafata de avión o abogada, me miró con el rabillo del ojo, se bajó un poco las lentes y me dijo: ¿Sabes que las azafatas son como los «MOTOBOYS» de los coches cien-cien?, tú quieres ser motoboy, te llamarán motowoman (jijijijiji), dije que no quería eso que optaría por el derecho a lo que me dijo nuevamente, ¿sabes que los abogados defienden a los malos y no siempre dicen la verdad?, (jijijijijijijij) y desde entonces no supe hacia dónde orientarme, aunque bueno apenas tenía 11 años y tendría el tiempo suficiente para decidir.

En cuanto a mi formación académica,  transcurrió en tres continentes. Inicialmente en África, Guinea Ecuatorial donde cursé los estudios primarios, esa fase de mi vida la pasé con mis abuelos, tíos, etc., en ese periodo se forjó la base de mi personalidad desarrollando así, la disciplina y unos valores cívicos muy consolidados con una base de familia arraigada que resaltaron mi lado protector hacia mi casta. La formación secundaría y bachillerato, transcurrieron en Europa, en España, experiencia que me sirvió para afianzar las bases de mi origen, «un país extraño» para mí, ya que regresaba con uso de razón, con conocimiento y capacidad de discernimiento. Y a la edad adulta comencé con la formación Universitaria en el continente Asiático concretamente en las Islas Filipinas, en la Universidad católica de Perpetual Help en la ciudad de Manila donde egresé con la formación en el Area de Gestión y Administración de los Recursos Humanos, los años allí vividos me enseñaron a sonreír, sí, sonreír y después reír jijijijiji. Ya que por naturaleza no soy de sonrisa fácil. Fue una experiencia bastante bonita y la repetiría si tuviera nuevamente esa oportunidad.

Y desde hace un par de años, estoy cursando online un Master en Derecho Laboral, nominas, contratación y prestaciones de la Seguridad Social a través traves del Instituto europeo de asesoría Fiscal (INEAF), he de confesar que la formación a distancia no es lo mío ya que me está llevando mucho tiempo, pero he de continuar aunque sea lo último que haga. Y espero comunicarte próximamente. Alejandra lo logre!!!!!!, jijijijiji.

Como miembro de la Asamblea de mujeres de Guinea Ecuatorial, he tenido la oportunidad de juntarme con mujeres llenas de experiencia, vigorosidad y fuerza. Esas mujeres que te impulsan a querer ser mejor cada día, a no querer perderte el tren, a tener deseos de superación y me encanta.

¿Cuáles han sido tus mayores retos u obstáculos en la vida?

Como obstáculos, recuerdo que preparando el trabajo fin de carrera en el año 2011, entre febrero y marzo, ya que me gradué en abril del 2012, tuve que rehacer el trabajo en más de cuatro ocasiones porque decía mi tutor que no estaba a la altura, que debía cambiar esto y aquello, cada vez era algo diferente llegué al punto de estar al borde del colapso, con los ojos casi llorosos y un nudo enorme en la garganta, la segunda y tercera vez me hacia la misma pregunta. ¿Por qué no revisa todo de una vez y me evita el vaivén?. Eran correcciones minúsculas desde mi perspectiva, pero gracias a Dios no me rendí.  Hasta ahora lo conservo y me sirve de libro de consulta cuando me inspiro en redactar mis proyectos.

Al llegar a Guinea Ecuatorial, encontrar trabajo no fue muy difícil, más bien fue un reto. Recuerdo que entre junio y julio de 2012, habían puestos vacantes en Punta Europa, en Atlantic Methanol, me presenté a las pruebas y las superé, a los pocos días, nos convocaron para una entrevista solo a aquellos que habíamos superado la prueba, tenía a unas diez personas delante de mí, y cada quien haciéndome preguntas entre la gente que recuerdo, estaba la Señora Rita Eboiche, que estuvo muy entusiasmada conmigo después de la entrevista, al día siguiente volvieron a citarme para explicarme las condiciones ya que fui seleccionada para el puesto, me mostraron un precontrato y recuerdo haber dicho a la señora Eboiche, ¿puede darme unos 15 días y regresar con una decisión?, me dijo ok. Mi dilema fue que al mismo tiempo me llegó otra llamada de la PNUD, a lo que les dije directamente que ya estaba «trabajando», cuando en realidad estaba batallando entre SONAGAS GE y Atlantic Methanol, me decanté por la empresa Nacional porque quería trabajar en algo propio de mi país y brindar mis escasos conocimientos y desde 2013 hasta la fecha, sigo laborando ahí.

¿Qué dificultades has tenido como mujer a nivel laboral, cuáles han sido tus frenos o problemas en tu vida profesional por ser mujer. ¿Nos puedes poner algún ejemplo?

A nivel profesional no he tenido ninguna dificultad por ser mujer y es bastante curioso, siempre he intentado dejar claro que he de ser calificada por mi trabajo, «bueno o malo», y no en base a ciertos estereotipos fijados o marcados por la sociedad.

Los frenos que he tenido a nivel profesional, nada han tenido que ver con mi condición de ser mujer, más bien han tenido que ver muchísimo con la no aplicación del deber ser de las cosas, el hecho de creer estar por encima de la ley, pero me quedo con lo que dijo una vez Manuel López Obrador: «por encima de la ley solo está la Justicia», razón por la cuál no considero que ningún ser mortal sea superior a mí, respeto a todos sin considerar las circunstancias temporales que concurran sobre nadie.
Anécdotas que contar?, muchísimas, pero prefiero no entrar en detalles.

Háblanos de tus proyectos profesionales actuales y futuros, si los hay

Proyectos siempre tengo, de hecho tengo unos cuantos bien guardados en mi baúl, que por motivos muy personales prefiero no hablar de ninguno por la mala experiencia que he tenido.
El pan nuestro de cada día respecto a esos asuntos, presentas algo en un lugar y acaba apareciendo en otra latitud y con otra portada jijijijijiji.

Pero bueno, no quiero dejarte con mal sabor de boca. Te comento por encima aunque fijo te quedaras con ansias de más detalles. En el 2019 elaboré un proyecto que me tomó cerca de cinco (5) a (6)seis meses tenerlo todo bien presentado. Remití el proyecto al organismo pertinente, siguiendo todas las instrucciones, todo parecía ir de viento en popa, hasta que dos semanas más tarde, me fue devuelto alegando que otra persona había llegado antes que yo, pero bueno, me dio bastante bajón, es mas pasé año y medio casi dos sin querer juntarme con nadie para elaborar trabajos, razón por la cuál decidí trabajar sola.

¿Qué crees que provoca la violencia de género y como piensas que se podría solucionar?

La falta de respeto en un principio conlleva a la violencia en cualquiera de sus fases.
Recuerdo que siendo pequeña, entre siete y ocho años, escuchaba decir a mi abuela: «somos lo que comemos», y claro yo lo llevaba al extremo, al sentido literal de lo que yo escuchaba, y llegué a preguntarla una vez, Abuela ¿por qué siempre dices «somos lo que comemos»?, a ella la encantaba el chicharro y hasta ahora sigue fiel a su chicharro, así que imagínense hasta qué punto llegué a fraguar mi pequeña imaginación, entonces ella me dijo: no, no es lo que piensas amiga, así me llama cariñosamente , ¿y qué es?, la pregunté. Me dijo que se refería a la educación de casa, al hecho de prohibir o admitir ciertas actuaciones a ciertas edades, los valores, principios, etc, a eso se refería con SOMOS LO QUE COMEMOS y no a su chicharro.

Y cuando fuí adquiriendo edad, cada vez entendía más y más a lo que se refería mi abuelita y hoy en día puedo afirmar que la violencia en el hogar, no solo de género, se gesta desde la cuna, unos hijos que han presenciado peleas, insultos, desprecios y libertinaje desde muy pequeños no pueden ser muy diferentes a lo que conocen, no en vano se dice que el fruto siempre cae cerca del árbol.

La sociedad se gesta desde el hogar, la educación y valores que traspasamos hoy en día a nuestros hijos, serán la esencia que les conduzcan a ser buenos o malos ciudadanos, desde ya, creo claramente que se puede vislumbrar quien proviene de un HOGAR y quien de un hogar.

¿Cómo ves la integración de la mujer en nuestra sociedad?

La Integración de la mujer en nuestra sociedad será acorde a lo que ella tolere, me explico. Si permites que se te dé un trato especial por ser mujer, así será, y no serás tratada como persona; actuación que conllevará a la falta de respeto, a las etiquetas, pero si anteponemos nuestra condición de ser humano antes de la condición de género, creo que nos irá mucho mejor. ¿No crees?

Mi abuelo siempre le decía a mi madre: «ANTES DE SER MUJER, SE ES PERSONA Y COMO TAL MERECES UNA EDUCACION». Mi madre me lo traspasó y éste es mi lema. Y desde luego no me ha ido nada mal.

¿Quién es tu inspiración?

Inspiraciones tengo muchas, a nivel familiar me he ido componiendo con un pedacito de cada uno de ellos, desde mis padres, abuelos, tíos etc. Pero la figura de mis abuelos está siempre presente en mi vida diaria.

¿Cuál es el mayor valor que te gustaría transmitir con otras mujeres sobre todo a las jóvenes?

El autorespeto es fundamental no solo como mujer, si no como persona. No hay que precipitarse para nada en la vida porque todo llega en justa medida y en el tiempo indicado.
Espero haber podido transmitir algo en este encuentro muchas gracias y feliz 2022!

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