3 de Mayo: Creando una cultura de los medios

Si los habitantes de una sociedad están de espaldas a los medios informativos de su país o del país donde viven, no solo es el principio del desorden social, -porque pocos y en ocasiones muy ínfimas harán caso a sus difusiones-, es también respuesta directa de las masas al comportamiento de los medios con respecto a los intereses de ellos (masas), si no es que juzgan la capacidad profesional del canal de radio, televisión, periódico o revista.

3 de Mayo: Creando una cultura de los medios

El caso podría no ser uniforme a nivel global, cada entorno tiene sus particularidades. Podemos encontrar lugares donde informarse por los canales nacionales es el desayuno de casi todos, y en otras partes la costumbre va teniendo creces. También es posible que existan las que todavía la situación es un poco más complicada. No obstante, para que todos sean como el primero, este trabajo lo hacen los mismos periodistas y los medios para los que trabajan, de otra forma, es caso cerrado.

Hasta nuestros días, si los sujetos no se acostumbran a informarse sobre lo que sucede en su país antes de salir a buscarse la vida como cada mañana, los medios informativos que operan en el lugar han de tomar consciencia de que aún no han empezado a trabajar, o si lo hacen, pues no muy bien, porque tal vez, no acaban de convencer a las masas.

Por fortuna, la ciencia ha demostrado que los medios de comunicación de masas informan, forman, entretienen y crean opinión pública. Al hablar de opinión nos abrimos a la conciencia que consecuentemente desemboca en el cambio de comportamiento de todos los actores sociales.

En cuanto a los medios masivos, informar es transmitir mensajes a un público extremadamente numeroso con el propósito de que estén al tanto de lo sucedido.

Pues aquí está el problema; el quid del asunto: estar al tanto. Para estar informado lo apropiado es tener, previamente, contacto con la fuente o emisor de esta información. Y para ello es imprescindible el hecho de prestar atención o dedicar tiempo a dicho emisor.

Pero ¿qué pasa cuando los ciudadanos no se acercan a tales fuentes o emisores para conocer el ritmo que siguen los sujetos y fenómenos artificiales y naturales que determinan las condiciones de su vida? En este caso, es aquí donde entran en acción los medios informativos y sus profesionales para trabajar duramente y crear la cultura o costumbre de acercamiento a los medios informativos de parte de estos ciudadanos.

Crear cultura de los medios aquí se orienta a que tanto periodistas y medios de comunicación de masas tienen la responsabilidad de despertar el interés de los ciudadanos a estar informados. Ayudar a los ciudadanos a crear un nuevo estilo de vida, es decir, romper las barreras hasta ahora habidas para introducir una nueva faceta dentro de la dinámica de la vida cotidiana ellos mismos (los ciudadanos).

Hacerles incorporar en sus agendas diarias la costumbre de sintonizar los informativos nacionales y enterarse de lo que sucede en su propio país. Así es que, es el periodista quien puede hacer al ciudadano de la clase más baja considerar la información de los canales o medios oficiales de un país tan importante como cualquier otra cosa que utiliza cotidianamente.

Hacerle saber que los medios informativos están al servicio de el para lo que quisiera, que a día de hoy los medios son la vía que tiene para exigir, pedir, reclamar, educarse, entretenerse, saber que quiere el gobierno para sus ciudadanos, que colaboración les pide en tiempos de crisis, que hacen bien o mal los poderes del Estado, cual es el tipo de comportamiento que se debe adoptar según casos, etc.

Es a través de los medios los ciudadanos pueden saber que cualquier cosa que suceda en algún barrio, poblado, la primera persona a acudir es el presidente de la comunidad. También ayudarían a la población al educarle que las iglesias no son sustitutos de los hospital, etc.

Pero la otra cuestión es ¿cómo hacerlo? Esto comienza por socializar a los individuos con los medios informativos, adoptar otras estrategias para transmitir mensajes teniendo en cuenta que el público es heterogéneo. Esa heterogeneidad también vuelve estar condicionada por factores psicosociales y sociodemográficos. Lo que impera la necesidad de que al ciudadano actual se le debe tratar con delicadeza en cuanto a información se refiere ya que existen múltiples maneras de enterarse de las cosas.

Así existe la necesidad de que los mass media deban incorporar y aplicar un proceso de socialización en su bagaje y mercado de mensajes para conseguir que las masas se adapten y que luego haya una conformidad con el nuevo estilo de vida (informarse a través de los medios oficiales).

El hecho lleva implícito el papel imprescindible de la comunicación estrategia. Emplear otras formas de emitir mensajes pero a través de los mismos medios es la táctica clave si8n perder de vista el hecho de que los medios deben primero identificar o definir qué tipo de mensaje quiere enviar a que publico.

Esa tarea no debe verse como el corredor de un supermercado donde a ambos lados el individuo tiene a disposición incluso aquello que no recordaba (fácil). Es una larga trayectoria llena de escollos. Sin embargo, el que no sea como tomar una taza de café por la mañana en uno de los mejores hoteles del mundo, no denota su imposibilidad, sino su complejidad, que es al mismo tiempo permeable. Por lo que impera así la necesidad de profesionales.

Es un trabajo colectivo, no individual; no es un proyecto que empieza hoy y acaba al día siguiente por una sola persona. Es un proyecto que para algunos será de por vida y para otros ni siquiera verán los primeros resultados.

Ha de tenerse en cuenta que la comunicación es un hecho social y la necesidad de crear una cultura de los medios lo hace multidisciplinar, es decir deberán intervenir periodistas, sociólogos, psicólogos y otras personas que hagan falta.

No obstante, aun cuando tengan que intervenir otras personas en este proceso, cabe recordar que en nuestros días, unos de los hándicap que tienen los medios informativos y sus profesionales es que: por un lado, cuando se acercan a las capas sociales desfavorecidas estas siempre tienen el prejuicio de que los periodistas son marionetas del poder, solo hacen el paripé y nunca dicen la verdad tal cual. Y por otro, los poderes públicos cada vez quieren tener a su favor a los medios y esto aún más complica el compromiso social del sujeto informador.

Los periodistas y los medios informativos deberán ser consciente de cuál es su función en el escaparate social. Y si tienen como punto de partida el de informar según su esencia, – decir la verdad o al menos intentarlo-, entonces los pasos empiezan firmes. Solo con decir la verdad al pueblo –gobernantes y masa popular-, los periodistas pueden crear en las masas una buena cultura de informarse a través de los medios oficiales del lugar donde viven.

Decir la verdad no significa que un periodista o un medio informativo tengan que lanzar mensajes directamente como los haya recabado en el lugar del hecho. No implica agregar más subjetividad ni sustraer aquello que si sea importante, tampoco se le invita a trabajar sin respetar las normas profesionales y del medio, ni siquiera justifica eso que se deba trabajar con la ley de la selva. Sino aun cuando no sea del todo veraz o completa una información, saber contarla hace que perezca creíble. La coherencia, la claridad y de más detalles, acompañados con la verdadera verdad le hace más confiable un medio. Es importante la estética.

Nos enfrentamos a un serio peligro al ignorar que el contenido que difunden los medios va dirigido a una comunidad de humanos. Esa condición de humanidad (razonar) hace que tengan intuición y luego saber cuándo el relato no está claro, cuando la falsedad es latente y en consecuencia el medio no hace sino ahuyentar al público potencial, arriesgarse a perder los seguidores que ya disponía y finalmente pierde credibilidad aunque en las próximas emisiones podría informar con la verdad.

Este interés por tener una buena cultura de medios es proponerse a construir el tipo de ciudadano que no se informa a través del congosa, la radio han dicho, parloteos del barrio, etc. Cuando surgen semejantes características es prueba de que los ciudadanos no consideran verdaderas las informaciones de los canales oficiales.

Tienen esos canales la capacidad de diseñar el tipo de sociedad que quieren construir, que clase de ciudadano desean tener, cual es el tipo de comportamiento a implementar, etc. Porque en fin, los medios de masas son hoy puerta de entrada la vida común, a la socialización. “Como señala José Fernández Beaumont, Profesor de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid, en su trabajo “Medios de Comunicación, Difusión de valores y alfabetización digital” que “los medios masivos de comunicación actúan como instituciones básicas de las sociedades actuales: transmiten novedades, sirven de sistemas de equilibrio y regulación de la sociedad y homogenizan comportamientos”

El periodista y los medios de comunicación de una sociedad son los que pueden cambiar – y de hecho cambian- las actitudes de los ciudadanos. Para eso los medios de comunicación han de tratar de ganar la confianza de esa población con la verdad y la coherencia.

Además el mercado de la comunicación no es exclusivo para los periodistas son imprescindibles el papel de los sociólogos y psicólogos en los medios de comunicación.

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