El problema surge de un acuerdo llevado a cabo entre Dominica Nse y Apolonia Abeng, consistente en que Dominica alquilaba el local de Apolonia cuyo alquiler era de 30mil francos CFA y, la inquilina hizo un adelanto de 5 meses.
Tiempo después, Dominica Nse (inquilina) propuso a Apolonia Abeng (dueña del local) que la vendiera también un congelador que estaba en el mismo bar; y ambas llegaron a la conclusión de que Dominica pagaría por el congelador la suma de 50mil francos CFA.
La inquilina, en ese momento, adelantó 20mil a la dueña del local, quedando pendiente un 30mil francos CFA, pero —acusa la propietaria que su inquilina— ya no quiso completar el dinero restante. Para cerrar ese capítulo del trato, Apolonia cogió varios artículos en el bar de Dominica hasta casi completar lo acordado, en lo que se refiere a la compra del congelador.
Cuenta Dominica que el verdadero problema comenzó cuando una noche la visitó su novio en el bar y, de pronto, también se presentó su vecina Apolonia y dueña del local, quien pidió un refresco y tras consumirlo no quiso pagar; lo que desembocó en un desentendimiento entre ambas.
El novio de Dominica asumió pagar la cuenta improvisada de Apolonia, a evitación de una pelea. Al día siguiente, la inquilina comentó a solas a su vecina y propietaria del local sobre su comportamiento de la pasada noche, y Apolonia tuvo que pedir perdón a Dominica. Aparentemente, el problema parecía haberse acabado ahí pero no, porque Apolonia decide retirar del bar todas sus pertenencias (sillas y mesas).
La disputa empezó con esa acción hasta que al final, Apolonia acabó mordiendo a Dominica en la cara, justo en la frente.
Dominica reclama su estado habitual de la cara, sin secuelas ni cicatrices. Y, también reconoce haberse irrumpido en la casa de Apolonia en medio del jaleo y estropeó su televisor y sillas. El caso se encuentra en el juzgado.