Paula Napi Collins: “Vengo de una familia de mujeres que no le temen a nada, y han dejado el listón muy alto y yo no voy a ser menos”

En el ocaso del mes de la mujer nos siguen intrigando las experiencias personales que nos comparten mujeres fabulosas como Paula Napi Collins, una joven que a los 25 añitos de vida ya era Jefa del personal de la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial. El activismo racional de Napi Collins es una forma peculiar de reivindicar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, que se escapa de las manifestaciones radicales que apuntan objetivos vacíos, y en 'Marzo de Mujer' confiamos en su fuerza innata para iluminar a los jóvenes de nuestra sociedad.

Paula Prudencia Napi Collins es licenciada en Gestión y Administración Pública y Máster en política internacional orientada a la perspectiva de género, por la Universidad Complutense de Madrid. En su etapa universitaria Napi Collins formó parte de la Asociación afrodescendiente antirracista y feminista (Kwanzaa), en la que llegó a ser su presidenta. Collins colabora en un proyecto de investigación sobre cuestiones de género en Guinea Ecuatorial y es monitora en diferentes proyectos orientados a la sensibilización, sobre la violencia de género en los centros culturales de España en Malabo y Bata.

AhoraEG: Desde niña hasta ahora ¿Cómo ha sido tu vida como mujer en la sociedad?

Napi Collins: Es un poco complicado de explicar. Para empezar, soy la segunda de cuatro hermanos: tres chicas y el más pequeño es el niño. En mi casa siempre he vivido en una situación de igualdad, al menos eso es lo que veía, porque éramos chicas hasta que nació mi hermanito y la cuestión de desigualdad de género dentro de la casa no la veía, porque tenía normalizado los patrones de conducta que tenemos a nivel de nuestra sociedad –la madre se encarga de las tareas del hogar, de los niños y demás y el padre era el que trabajaba fuera-. Para mí era normal, aparte de que mi padre sí se encargaba de nosotros; nos llevaba al colegio, iba a recoger nuestras notas, me llevaba al médico y hasta cierto punto, lo tenía normalizado.

No es hasta que salgo de mi entorno familiar y tengo que estudiar en un país que no es el mío, donde me doy cuenta que el mundo no es color de rosa y que existen desigualdades, no por sexo o género, sino las desigualdades raciales, socioeconómicas, etc. Como en mi casa siempre me habían tratado igual, no me había dado cuenta que hay estas diferencias entre hombre y mujer. Cuando llego a la universidad es cuando me doy cuenta de que existen y soy consciente de lo que implica la violencia de género para las mujeres, entonces es a partir de ahí que empiezo a tomar consciencia y hacer algo al respecto.

Mi activismo empieza no solo por las redes sociales, sino activamente dando charlas sobre feminismo negro o colonial: charlas antirracistas y llegando a Guinea para continuar con todo lo que es la lucha, porque al final las sociedades son un poco diferentes, no te encuentras lo mismo y hay que adaptarse a lo que te encuentras. En todas las sociedades hay desigualdad, hay violencia de género y hay machismo, solo que en diferentes grados y acentuaciones. A mí me tocó adaptar aquí lo que vivía en España.

AhoraEG: ¿Cuáles son los mayores obstáculos que has tenido en la vida por ser mujer, y que a día de hoy puedes presumir de haberlos superado? Cuéntanos tus logros.

Napi Collins: Esta pregunta la voy a reformular, porque siempre se habla o parece que para que tengamos validez como mujeres, tenemos que haber superado algo que sí es verdad o sea, la gente resiliente que supera las tragedias; las supervivientes son gente digna de admirar, porque no todo el mundo lo hace, pero también quiero resaltar más que las cosas que he superado, cómo o porqué lo he superado.

A lo largo de mi vida, –que no es mucha creo yo-, he pasado por muchas cosas, tal vez no tantas como otra gente, porque al final del día soy una persona que ha gozado de ciertos privilegios. La posibilidad de estudiar fuera del país te abre ciertas puertas. Mis principales obstáculos siempre han sido económicos. Cuando aún estudiaba, la dificultad de que mis padres me enviaran dinero, pero estas dificultades siempre las he superado.

Las cosas más maravillosas han sido porque he tenido a mujeres a mi alrededor que me han apoyado, que me han impulsado a llevarlas a cabo o a superarlas. Hace unas semanas, leí en alguna parte que decían “rodéate de mujeres que dirían tu nombre en una habitación llena de oportunidades” y yo, consciente o inconscientemente he hecho eso; rodearme de mujeres que han dicho mi nombre en habitaciones llenas de oportunidades. De hecho, el trabajo que tengo es por una amiga que me ha dicho: he visto esta oferta de trabajo y creo que encajas tú perfectamente y como estas cosas más.

Pude pagarme mi Máster porque mis amigas me animaron a hacer un crowdfunding, para conseguir el dinero que necesitaba y no solo contaba con mis amigas, sino con mis amigos, pero quienes me dieron ese empujón y esta fuerza para tomar esta decisión de decir voy a hacer esto y que sea lo que Dios quiera, son las mujeres que tengo a mi lado y puedo decir que hay gente en mi vida que no compartimos la sangre, pero es como si fueran familia.

No sé qué considerarían logros. Podría decir que al haber sido Jefa de Recursos Humanos en la UNGE con 25 años, también tener el puesto o la posición que tengo ahora, pero más allá de esto mis logros no considero que sean en la parte profesional, sino en lo personal. El poder cambiar tal vez no la vida, sino el pensamiento de los chavales con los talleres que doy. Estos han sido mis mayores logros.

Como he dicho al principio, he dado como 6 veces el taller sobre violencia, principalmente a adolescentes, y también he dado talleres sobre elaboración de un plan estratégico de oportunidades a los líderes comunitarios de Bata y fue un éxito, pero mis logros más importantes son cada una de las veces que doy estos talleres de sensibilización sobre género. Ver cómo a los chavales y chavalas se les enciende la bombilla y se dan cuenta de que pueden combatir o poner nombre a lo que les ha pasado, que pueden ser parte activa de solucionar un problema que asola nuestra sociedad; creo que son los mayores logros que tengo. Cada uno de los niños a los que he influenciado y que espero que hagan de efecto multiplicador de los mensajes que les he transmitido durante las sesiones de trabajo.

AhoraEG: ¿⁠Cómo definirías el 8 de marzo, crees que vale la pena celebrarlo? y ¿Por qué?

Napi Collins: Respeto a la gente que celebra y a las que no, creo que cada persona es un mundo; la lucha y las cosas que nos mueven tienen que ver con lo personal. Para mí no se celebra, se reivindica el hecho de ser mujer; nuestros derechos en esta sociedad o toda la violencia que sufrimos y que decimos basta, porque ya no queremos seguir pasando por esto. Para mí es resistencia, resiliencia, valorarse y permanecer, aunque esto esté pasando seguimos vivas y seguimos luchando por ello, por los derechos que nos corresponden, eso es para mí el 8 de marzo.

Personalmente, no lo celebro pero sí intento hacer huelga de consumo, de cuidado y de participación. Cuando me ha sido posible no he ido al trabajo y las veces que he hecho algo relacionado con el trabajo ha sido con los talleres que creo que es una parte social importante, porque al final si nosotras paramos el mundo se cae, somos más de la otra mitad de la población que sacamos el mundo adelante igual que los hombres. El 8 de marzo no lo celebro, reivindico la lucha de las mujeres y el hecho de que soy mujer. Estoy aquí y también tengo derechos.

AhoraEG: ¿Que mujeres te inspiran?

Napi Collins: Aunque suene a cliché ¡Mi madre! Mi madre es la primera inspiración que tengo en mi vida, porque es la primera con la que siempre puedo contar la que me ha demostrado que da igual la edad que tengas, siempre puedes trabajar para sacar adelante a tus hijos. Las mujeres de mi familia en general, porque vengo de una familia de mujeres luchadoras, igual que casi todas, porque las mujeres somos luchadores. Vengo de una familia de mujeres que han roto con lo socialmente establecido en su época y que han seguido adelante.

Mis dos abuelas, tanto la paterna como la materna se divorciaron y vengo de ese linaje. Mi abuela materna se casó con mi abuelo paterno a pesar de que la dijeron que la iban a desheredar y la desheredaron, aun así se casó. Vengo de una familia de mujeres que no le temen a nada y han dejado el listón muy alto y yo no voy a ser menos.

Toda esta gente que tengo a mi alrededor, que ven mi día a día, mis amigas que son mi fuente de inspiración, porque las veo y digo ¡Qué afortunada soy de rodearme de este tipo de personas! Aparte de ellas, para mí Bell Hooks es una de las personas que sus textos y su formación académica han ayudado a constituir lo que soy. Es una mujer que aborda los temas sociales o de género de forma súper asequible para todo el mundo. De hecho, tiene un libro “el feminismo es para todo el mundo” y de verdad que una de las cosas que lamentaré es que haya fallecido sin que la haya conocido. Me hubiese gustado conocerla y me hubiese firmado los libros que tengo de ella y la habría dicho: me cambiaste la vida.

⁠AhoraEG: Desde tu experiencia ¿Qué consejos podrías dar a nuestras jóvenes?

Napi Collins: Creo que nacer mujer no es nada fácil. Vivimos en una sociedad donde, desde que naces se te encasilla y se te dice constantemente lo que no tienes que hacer: no salgas a la calle, no te comportes de esta forma, no salgas así, y también lo que tienes que hacer. A las mujeres, desde que nacemos se nos pone en un molde en el que es difícil que salgamos.

Mi consejo es que rompamos el molde. Tenemos que salir en lo que nos han encasillado. No te comportes de una manera, porque la sociedad, el mundo o tu marido espera que te comportes de esta forma. No hagas algo porque la gente espera que lo hagas así. Haz las cosas, porque tú eliges que es lo que quieres hacer y siempre pregúntate ¿Por qué estoy haciendo esto? Si no hay una razón –más allá del qué dirán-, entonces no lo hagas. Si vas a hacer algo, que sea porque hay algo dentro de ti que te mueve, no dejes que te encasillen, rompe el molde. Este es mi consejo.

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