Sudán cierra las principales carreteras de Jartum de cara a las protestas por el aniversario del golpe de Estado

Las autoridades militares del país han indicado que más de un centenar de personas han muerto durante enfrentamientos en el marco de protestas.

Las fuerzas de seguridad de Sudán han procedido este martes a cerrar las principales carreteras de entrada y salida a la capital, Jartum, de cara a las protestas previstas para esta jornada con motivo del aniversario del golpe de Estado que tuvo lugar en octubre de 2021.

Las autoridades militares del país han indicado que más de un centenar de personas han muerto durante enfrentamientos en el marco de protestas registradas desde entonces, por lo que la presión sobre la junta militar ha ido aumentando por parte de la comunidad internacional, especialmente tras el repunte de la violencia intercomunitaria en el sur del país.

Por su parte, el Gobierno estadounidense ha amenazado con imponer sanciones a «todos aquellos que socaven una transición hacia un gobierno civil», según informaciones del diario ‘Sudan Tribune’.

El secretario de Estado del país norteamericano, Antony Blinken, ha incidido en la importancia de acabar con el «régimen militar» en Sudán un año después del golpe de Estado que «acabó con la transición democrática» y ha señalado que «el tiempo es fundamental para alcanzar un acuerdo que permita fijar un marco para la transición hacia un gobierno civil que pueda sacar adelante la transición democrática que Sudán necesita».

En este sentido, ha matizado que precisamente la formación de un nuevo gobierno civil es la «clave para desbloquear la asistencia internacional» enviada al país africano.

El 25 de octubre de 2021, los líderes de una facción del Ejército –que contaban con el apoyo de varios grupos armados– derrocaron al Gobierno de transición instaurado a raíz del acuerdo entre militares y fuerzas de la sociedad civil tras la caída del exdictador Omar Hasán al Bashir en abril de 2019. No obstante, los actuales líderes militares han anunciado un principio de acuerdo para ceder el poder a un gobierno civil, no sin antes obtener garantías sobre su futuro.

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