Las relaciones entre Francia y Burkina Faso se han deteriorado considerablemente desde la llegada al Poder del capitán, Ibrahim Traoré en septiembre de 2022. Un episodio más de las desavenencias entre ambos países lo patentiza la expulsión de los tres diplomáticos europeos, quienes han sido declarados «personas non gratas» en territorio de Burkina Faso. A los implicados se les acusa de llevar a cabo varias ‘actividades subversivas’ según indica el documento publicado el pasado el 16 de abril por el ministerio de Asuntos Exterior del país africano.
El texto precisa que los dos Consejeros políticos: Hervé Fournier y Guillaume Reisacher, así como el tercer hombre señalado, Gwenaëlle Habouzit deben abandonar Burkina Faso.
En 2022, el Gobierno de Burkina Faso había expulsado a dos ciudadanos franceses empleados de una empresa con presencia en el país, a los que sospechaba de espías; y en diciembre del año pasado, cuatro agentes de inteligencia francesa, según las autoridades del país de África Occidental, técnicos de mantenimiento informático fueron detenidos, inculpados y después encarcelados y ahora se encuentran bajo arresto domiciliario.