Nigeria dice que la «oleada» de golpes en África deriva en «una demanda de soluciones a problemas perennes»

Reclama a la comunidad internacional que "refuerce" su compromiso para hacer frente a la expansión de las redes yihadistas y la inseguridad en el Sahel y en África occidental.

El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, ha achacado la «oleada» de golpes de Estado en África a «una demanda de soluciones a problemas perennes» y ha reclamado a la comunidad internacional que «refuerce» su compromiso para hacer frente a la expansión de las redes yihadistas y la inseguridad en el Sahel y en África occidental.

«La oleada que sacude partes de África no demuestra un favor hacia los golpes, es una demanda de soluciones a problemas perennes», ha dicho Tinubu durante su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, donde ha confirmado contactos con la junta militar de Níger para «restablecer la gobernanza democrática de forma que aborde los desafíos políticos y económicos a los que hace frente el país, incluidos los extremistas violentos que fomentan la inestabilidad en la región».

El presidente nigeriano ha defendido que «la gobernanza democrática es el mejor garante de la voluntad democrática y el bienestar de la gente». «Los golpes de Estado son un error, al igual que cualquier acuerdo político civil que perpetúe la injusticia», ha recalcado.

«Nuestra región está afectada por una larga lucha contra el extremismo violento. En este contexto, se ha formado un canal oscuro de comercio inhumano. En esta ruta, todo está en venta. Mujeres, hombres y niños son vistos como esclavos», ha denunciado.

«A pesar de ello, miles de personas se arriesgan ante la arena caliente del Sáhara y las frías profundidades del Mediterráneo en busca de una vida mejor, mientras mercenarios y extremistas con sus armas letales y viles ideologías invaden nuestra región desde el norte», ha recordado, en reafirmado, en referencia al aumento de los flujos migratorios en el continente.

Así, ha manifestado que «este tráfico dañino socava la paz y la estabilidad de toda la región». «Las naciones africanas mejorarán sus economías para que nuestro pueblo no arriesgue sus vidas para limpiar los suelos y calles de otros países. También debemos dedicarnos a desmantelar a los grupos extremistas a nuestro alcance», ha defendido.

«Para combatir esta amenaza, la comunidad internacional debe fortalecer su compromiso para detener el flujo de armas y personas violentas en África occidental», ha recalcado Tinubu, quien ha dado de esta forma su primer discurso ante la ONU tras su victoria en las elecciones celebradas en febrero.

«Se han formulado muchas declaraciones, pero nuestros problemas siguen ahí. Los fallos en la buena gobernanza han dañado a África, pero las promesas rotas, el trato injusto y la explotación abierta desde el extranjero también han causado una gran carga en nuestras capacidades para progresar», ha lamentado.

De esta forma, ha explicado que «tras la Segunda Guerra Mundial, las naciones se unieron en un intento de reconstruir sus sociedades arrasadas por la guerra». «Nació un nuevo sistema y este gran organismo, Naciones Unidas, fue establecido como símbolo y protector de las aspiraciones y grandes ideales de la humanidad», ha recordado.

«Las naciones vieron que iba en su propio interés ayudar a otras a salir de entre los escombros de la guerra y una ayuda significativa permitió a los países demacrados por la guerra crecer y convertirse en sociedades fuertes y productivas», ha argumentado.

PROGRAMA SIMILAR AL ‘PLAN MARSHALL’

«A día de hoy y desde hace muchas décadas, África ha estado pidiendo el mismo nivel de compromiso político y entrega de recursos que caracterizó el ‘Plan Marshall’. Somos conscientes de que las condiciones subyacentes y las causas de los desafíos económicos a los que hace frente África son significativamente diferentes de los que la Europa tras la guerra», ha manifestado.

Así, ha manifestado que los países africanos «no piden programas y acciones idénticos». «Buscamos un compromiso igual de firme a nivel de asociación. Buscamos una mejora de la cooperación internacional con las naciones africanas para lograr la Agenda 2030», ha añadido.

«Debido a factores internos y externos de larga data, las estructuras económicas de Nigeria y África han sido distorsionadas para impedir el desarrollo, la expansión industrial, la creación de puestos de trabajo y una distribución igualitaria de la riqueza», ha lamentado.

«La inversión directa en industrias críticas, la apertura de sus puertos a una cantidad mayor y más amplia de exportaciones desde África y una reducción significativa de la deuda son aspectos importantes de la cooperación que buscamos», ha argumentado.

En otro orden de cosas, ha sostenido que «otro aspecto importante para la confianza y la solidaridad global es proteger que las ricas áreas minerales del continente del saqueo y el conflicto». «Muchas de estas zonas se han convertido en catacumbas de miseria y explotación», ha denunciado.

«RDC ha sufrido esto desde hace décadas, a pesar de la fuerte presencia de la ONU allí. La economía mundial debe mucho a República Democrática del Congo (RDC), pero le da muy poco. El caos en las zonas ricas en recursos no respeta fronteras nacionales. Sudán, Malí, Burkina Faso, República Centroafricana (RCA), y la lista sigue», ha indicado.

«Los problemas también golpean la puerta de Nigeria. Entidades extranjeras respaldadas por criminales locales que aspiran a ser pequeños ‘señores de la guerra’ han forzado al servilismo a miles de personas para extraer ilegalmente oro y otros recursos», ha puntualizado.

Por ello, ha criticado que «miles de millones de dólares destinados a mejorar la nación alimentan ahora objetivos violentos», al tiempo que ha alertado del impacto del cambio climático, que «afecta gravemente a Nigeria y a África», en un llamamiento a una acción internacional coordinada para hacer frente a estas amenazas solapadas.

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