Este encuentro ha comenzado con una reunión informal entre los líderes y una serie de encuentros bilaterales del presidente anfitrión, Vladímir Putin. En esta Cumbre del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), se reunirán los líderes de economías emergentes en un intento del Kremlin por desafiar la «hegemonía» occidental. Esta cumbre es la más significativa en Rusia desde el inicio del conflicto en Ucrania, y se produce en un momento crítico para la diplomacia rusa, que busca demostrar que los esfuerzos de aislamiento han fracasado.
Entre los asistentes se encuentran figuras clave como el Presidente chino, Xi Jinping, el Primer Ministro indio, Narendra Modi, y el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; la participación de estos líderes es vital para Rusia, que ha posicionado la expansión del BRICS como un pilar fundamental de su política exterior.
Yuri Ushakov, Asesor del Kremlin, ha enfatizado que el BRICS representa un «prototipo de multipolaridad», uniendo los hemisferios Sur y Este bajo principios de soberanía y respeto mutuo. Según Ushakov, el grupo está construyendo «ladrillo a ladrillo» un puente hacia un orden mundial más democrático y justo.
La agenda de la Cumbre incluye la propuesta de Putin para establecer un sistema de pagos alternativo al SWIFT, que permita a los países BRICS operar de manera independiente tras la desconexión de los bancos rusos en 2022. Además, se abordará la situación en Oriente Próximo, reflejando el deseo de Rusia de consolidar su papel como actor relevante en la geopolítica actual.
La seguridad es un tema prioritario en Kazán, con un aumento notable de las medidas de protección y una fuerte presencia policial. Esto responde a los recientes ataques de drones en la región de Tatarstán, situada a unos 1,000 kilómetros de Ucrania, lo que ha llevado a restricciones en la circulación y recomendaciones para que los residentes permanezcan en casa.
Occidente observa con preocupación cómo Rusia utiliza el BRICS para promover sus narrativas sobre el conflicto ucraniano. El Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha advertido que una posible victoria de Putin podría envalentonar a otros países, alterando el equilibrio de poder en la región.
Aunque el BRICS ha crecido desde su creación en 2009, incluyendo a países como Sudáfrica, Egipto e Irán, también enfrenta divisiones internas, especialmente entre sus miembros clave, India y China. Turquía, miembro de la OTAN, ha expresado su interés en unirse al bloque, mientras que el Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha cancelado sus planes de unirse a la OTAN, lo que refleja la complejidad de las alianzas en juego.
La cumbre de BRICS en Kazán no solo es un evento diplomático, sino un intento de Rusia por reafirmar su influencia y construir un nuevo orden mundial en el que la multipolaridad sea la norma.
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