El grupo citó las sanciones internacionales impuestas por la Unión Europea a sus miembros como un importante obstáculo para las discusiones. El portavoz del M23, Lawrence Kanyuka, también citó las continuas ofensivas militares del Ejército de la República Democrática del Congo como factores que complican aún más las conversaciones. Los rebeldes consideraron impracticables las conversaciones programadas para hoy martes 18 de marzo en Angola. A pesar de ello, el Gobierno de la RDC, que inicialmente rechazó las conversaciones con el M23, confirmó su participación. Según la portavoz del Gobierno, Tina Salama, una delegación congoleña ya estaba en Luanda.
El conflicto en el Este del Congo se intensificó en enero cuando el M23 tomó la estratégica ciudad de Goma, seguida de Bukavu en febrero. Angola, país que ha mediado en el conflicto, había planeado conversaciones de paz directas entre el Congo y los rebeldes. Sin embargo, las conversaciones de paz entre el Congo y Ruanda se cancelaron en diciembre después de que Ruanda exigiera un diálogo directo entre el Congo y el M23, lo cual el Congo rechazó.
El M23 es uno de los muchos grupos armados en la región, donde la competencia por los recursos minerales ha contribuido a una de las peores crisis humanitarias del mundo, desplazando a más de 7 millones de personas. Los rebeldes, respaldados por al menos 4.000 soldados ruandeses según un informe de la ONU, han amenazado en ocasiones con avanzar hasta Kinshasa, capital de RDC.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU investiga las denuncias de atrocidades cometidas por ambas partes, incluyendo violaciones y ejecuciones sumarias. La tensión también ha aumentado a nivel internacional, con la Unión Europea imponiendo sanciones a varios ciudadanos ruandeses y congoleños vinculados al conflicto, entre ellos los líderes del M23 y la refinería de oro de Ruanda.
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