El mensaje de promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, que se predica en todo el mundo cada día 8 de marzo -Día Internacional de la Mujer Trabajadora-, seguirá dividiendo opiniones en países, donde esta cuestión todavía entra en conflicto con los usos y costumbres de los mismos; lo cual sugiere que, aún se debe aunar más esfuerzos para construir sociedades que defiendan esta igualdad de oportunidades en todo el mundo.
La primera vez que seguí una marcha del 8 de Marzo en la televisión, recuerdo que observé a varias mujeres, y de todas las edades –desde las más jóvenes hasta las abuelas-, y todas unidas por una causa común: reivindicar la igualdad de oportunidades. En ese momento, entendí que el verdadero significado y/o propósito del 8 de Marzo va más allá de una simple conmemoración.
Sin embargo, se observa que muchas sociedades todavía no están preparadas para navegar en este océano de ideas predilectas. Pues, con la mirada puesta en la construcción de las mejores sociedades, la memoria histórica nos recuerda que el 8 de Marzo trajo un cambio radical en la estandarización de las sociedades antiguas. ¿Qué sería de nuestras mujeres si un grupo de trabajadoras no hubieran luchado por sus derechos? Este evento abrió los ojos a un género que antes no podía, o simplemente le daba miedo, ver y facilitar el desenvolvimiento del otro.
Hablar de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer invita a reflexionar y comprender la base de un fenómeno global. La afirmación de que «igualdad de género» no es lo mismo que «igualdad entre el hombre y la mujer» puede parecer sutil, pero tiene profundas implicaciones. Se trata de un concepto que aboga por la integración y consideración de la mujer en cuestiones de hecho y de derecho.
Las Naciones Unidas, en su declaración de 1977, invitaron a los países a conmemorar el 8M conforme a sus tradiciones y costumbres históricas. Sin embargo, todavía se observa una cierta confusión en algunas sociedades en cuanto a la idea y propósito original de esta manifestación. ¿Por qué persiste esta falta de comprensión a pesar de tantas décadas de lucha? La respuesta a esta cuestión podría estar en la ausencia de una adecuación idiosincrática de las corrientes sociales adoptadas.
Para alcanzar un objetivo o adaptarse a un nuevo rol, siempre es necesario adquirir las habilidades o comportamientos adecuados. En este sentido, muchos Estados todavía siguen teniendo como asignatura pendiente, apropiarse los principios o valores inherentes a las corrientes sociales como el 8 de marzo, la democracia y/o los derechos humanos, y conservarlos como parte de sus culturas y tradiciones. El problema del entendimiento de estos fenómenos sigue chocando con ideologías y políticas sociales que buscan preservar sus tradiciones.
Mientras persista el objetivo de crear sociedades que promuevan la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, el mensaje que defiende el 8 de Marzo seguirá siendo un tema importante para muchos países. Por lo tanto, lo ideal sería que los mismos vayan apropiándose los valores de las corrientes sociales externas como el 8M a su idiosincrasia sociocultural.
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