Reginaldo Etó Asumu, Director y Fundador de la empresa Coop-Elec, ha sido uno de los 23 procesados que ha subido al estrado este viernes, 14 de febrero, para declarar por los cargos presentados en su contra por su supuesta implicación en el Caso SEGESA. Tras haber pasado más de un año en prisión, como el resto de los procesados, fue detenido en 2023 por su posible implicación en la trama de corrupción dentro de la empresa paraestatal. El fundador de Coop-Elec ha respondido a las preguntas formuladas por la mesa del tribunal, declarándose inocente ante las acusaciones que versan sobre él. Etó Asumu, además de ser Director y Fundador de la empresa Coop-Elec, también era empleado de la firma paraestatal SEGESA, donde ejercía como Jefe de Servicios Técnicos.
“¿Cómo ganó el proyecto de electrificación de los 19 distritos urbanos?”, le pregunta la Fiscalía.
Según ha explicado Reginaldo Etó, la empresa Coop-Elec ganó el proyecto de electrificación de 19 distritos urbanos mediante un contrato de suministro de material eléctrico a la Sociedad Eléctrica Nacional, valorado inicialmente en más de 3.600 millones de FCFA, cifra que fue reducida a 3.500 millones a petición de SEGESA durante las negociaciones entre las partes.
“SEGESA se acercó a la oficina de la empresa y pidió una factura proforma para la compra de material eléctrico. Meses después, el Director General me llama a su oficina y me dice que quieren que les suministremos todo el material que se recogía en la factura, valorado en más de 3.600 millones. Juan Lupercio, que era el Director General de SEGESA en ese momento, me pide que reduzcamos el monto total de la factura, lo cual fue muy difícil para nosotros. Entonces viajé a España para hablar con mis proveedores, porque estábamos hablando de una decisión que no podía tomar yo solo; debía consultar a mis fabricantes para que ellos decidieran la reducción que podíamos hacerle a la factura. Les expliqué que era una venta importante porque se trataba del Gobierno. Analizamos la factura y el material que se pedía y decidimos redondear la factura a la baja a 3.500 millones, y SEGESA lo aceptó”, declara Etó Asumu.
Durante las investigaciones llevadas a cabo por la Gendarmería Nacional, se descubrió que el empresario ecuatoguineano le dió 200 millones a Juan Lupercio Nsibi Omogo, después de conseguir el contrato que permitía a Coop-Elec suministrar material para la electrificación de los distritos urbanos. Ante esta cuestión, que responde a la acusación formulada por el Ministerio Fiscal contra su persona por soborno, Reginaldo ha afirmado que le dió ese dinero al ex director general de SEGESA porque recibió “cierta presión” de parte de Nsibi Omogo.
“El director me llama en su despacho en Bata y me pregunta qué ganaba él del acuerdo que había firmado con SEGESA. Al principio no entendí la pregunta. Entonces fue cuando me dijo directamente que le diera 200 millones. Me quedé un poco perplejo. ¿Cuándo vengo a tomar la decisión de darle el dinero? Él me dijo que había gente detrás de él y que tenía que dar ese dinero. Tomé la decisión de hacerlo porque tuve miedo por dos cosas. Primero, ya no podía dar marcha atrás porque ya había encargado y pagado el material en la fábrica en España. Si me echaba para atrás en ese momento, hubiera perdido tanto el dinero como el contrato de suministro de material que ya tenía firmado con SEGESA. Lo otro que también me dio miedo fue porque me dijo que había otra gente detrás”, explica.
También han declarado en esta jornada Rómulo Ayong Obiang, Paulino Oyono Ondo y José María Ebongolo, los tres también ex empleados de SEGESA.
Rómulo Ayong Obiang llevaba trabajando en SEGESA como Asesor Técnico desde 2018, luego fue nombrado por el Gobierno como Director Técnico en el Ministerio de Electricidad. Se ha sabido que el procesado tiene una empresa que vende material eléctrico y enfrenta acusaciones por posible cohecho y soborno, delitos que ha asegurado no haber cometido. Al igual que Reginaldo Etó, Rómulo ha confesado que tenía un contrato de suministro de material con SEGESA y que recibía “cierta presión” de parte de Juan Lupercio, lo que le obligó a darle 11 millones.
“Pensé que si no le entregaba ese dinero a Lupercio, posiblemente no hubiera vuelto a entrar y hacer negocios con la empresa SEGESA”, declara.
Las sesiones de este juicio oral y público continuarán el lunes, 17 de febrero.