El endometrio es la capa que recubre el interior del útero. Cuando este crece de manera anormal, fuera del útero, en otras zonas como en los ovarios, el músculo de la matriz, la vejiga, los riñones o los intestinos, hablamos de endometriosis, una enfermedad crónica cuya causa aún no se conoce.
Sin embargo, hay varias teorías sobre su origen, sin que ninguna de ellas haya sido demostrada con certeza. La más aceptada está centrada en la denominada menstruación retrógrada según la cual, durante la menstruación, algunos fragmentos viables de endometrio llegan a la cavidad abdominal a través de las trompas de Falopio, se adhieren al peritoneo de la pelvis donde se convierten en lesiones de endometriosis. Para explicar por qué esto sucede solo en algunas mujeres, aunque la menstruación retrógrada es un fenómeno universal, se han argüido razones genéticas o inmunitarias.
Aunque no es una enfermedad hereditaria, hay una serie de genes que se asocian con la endometriosis. El riesgo de endometriosis se multiplica por 2 cuando una mujer tiene una familiar cercana con endometriosis, pero se multiplica por 15 cuando la familiar tiene una forma grave de endometriosis.
Sabemos que hay algunos factores que se asocian a un mayor riesgo y, por tanto, la ausencia de estos se asocia a menor riesgo. Por ejemplo, el ejercicio moderado en la adolescencia se asocia a una menor incidencia de la enfermedad, mientras que el ejercicio intenso o la falta de ejercicio se asocia a un mayor riesgo de incidencia.
Se puede dar a todas las edades, en cualquier momento de la etapa reproductiva de la mujer, desde la primera menstruación hasta la menopausia. Hoy sabemos que también aparece muchas veces en las adolescentes y que en esta etapa es una de las principales causas de dolor de regla.
Entre el 10 y el 20% de las mujeres en edad fértil padecen endometriosis.
Entre el 10 y el 20% de las mujeres en edad fértil padecen endometriosis, aunque la verdadera incidencia de la enfermedad es desconocida, porque muchas mujeres no consultan a un especialista y soportan durante años los dolores provocados por esta enfermedad.
Síntomas
La endometriosis provoca una reacción inflamatoria que genera dolor y adherencias. Los síntomas de la endometriosis pueden variar durante el ciclo menstrual porque los niveles hormonales varían durante el ciclo. Asimismo, mientras muchas mujeres pueden presentar síntomas muy severos, algunas pueden permanecer casi asintomáticas y otras experimentar únicamente molestias leves.
Los síntomas más frecuentes de la endometriosis son:
• Menstruación dolorosa.
• Dolor pélvico no menstrual (dolor en la pelvis cuando la mujer no tiene la regla)
• Dolor con las relaciones sexuales.
• Esterilidad.
• Cansancio.
• Síntomas intestinales cíclicos: distensión periódica, diarrea, estreñimiento, etc.
• Defecación dolorosa
• Micción dolorosa
• Presencia de sangre en la orina.
• Sangrado rectal cíclico
Detección y tratamiento
La enfermedad de endometriosis se detecta a base de sospecha clínica. Si una mujer tiene síntomas como una menstruación dolorosa, infertilidad o dolor en las relaciones sexuales, hay que sospecharla. Una vez se tiene la sospecha, pruebas de imagen como la ecografía son suficientes para hacer el diagnóstico.
La endometriosis es una enfermedad crónica. En este sentido, no existe una cura definitiva para ella. Sin embargo, los síntomas sí pueden controlarse con el tratamiento adecuado.
En general, cuando se comienza el tratamiento, la disminución de los síntomas es muy rápida y enseguida la mujer se siente mejor.
Una vez diagnosticada, la endometriosis se suele tratar con anticonceptivos hormonales que regulan el ciclo menstrual y ayudan a que la regla duela menos, y, normalmente, este tratamiento con anticonceptivos hormonales lo combinamos con los analgésicos más adecuados. En algunas pacientes pueden ser beneficiosos tratamientos complementarios como la fisioterapia, la acupuntura o la terapia herbal.
Si los anticonceptivos hormonales y los analgésicos no alivian los síntomas, puede ser necesario eliminar los focos de endometrio anormal mediante cirugía.
Normalmente se trata de una cirugía que practicamos por laparoscopia, una técnica que, además de eliminar los síntomas y los nódulos de endometriosis, busca mejorar la calidad de vida.
Y sólo si la paciente tiene síntomas muy graves y no desea tener hijos en el futuro, puede ser conveniente extirpar el útero, las trompas y, en ocasiones, los ovarios.
Puede darse que los síntomas desaparezcan y al cabo del tiempo vuelvan a aparecer. Con la supresión del tratamiento médico, la enfermedad muy probablemente reaparece. Y después de un año y medio o dos años desde la cirugía, el 20 o el 25 % de las mujeres presentan una recidiva.
Afectación a la fertilidad
Entre un 30 y un 40% de las mujeres con endometriosis pueden tener dificultades para tener un embarazo espontáneo. Pero la mayoría de mujeres con endometriosis NO son estériles y, por tanto, pueden quedarse embarazadas con un tratamiento adecuado.
Al desarrollo del feto no le afectaría la endometriosis de la madre, pero puede haber complicaciones del embarazo debido a esta enfermedad, como, por ejemplo, un parto prematuro, bajo peso al nacer o preeclampsia, entre otras.
Lo importante es hacer un buen diagnóstico de la endometriosis lo antes posible para tratar el dolor y mitigar los síntomas, pero también para disminuir la progresión de la enfermedad e incrementar las posibilidades de un futuro embarazo.
Además de poder afectar a la fertilidad, la endometriosis también puede afectar a otras esferas de la vida diaria como serían las siguientes:
• Dismenorrea (menstruación dolorosa)
• Dolor pélvico no menstrual (dolor en la pelvis cuando la mujer no tiene la regla)
• Dispareunia (dolor con las relaciones sexuales)
• Esterilidad
• Cansancio
• Síntomas intestinales cíclicos: distensión periódica, diarrea, estreñimiento,…
• Defecación dolorosa
• Micción dolorosa
• Hematuria cíclica (presencia de sangre en la orina)
• Sangrado rectal cíclico